Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Los/las millenials emergentes

No se preocupen, no se trata de otra compañía aérea lowcost, tampoco de una nueva cadena hotelera con ínfulas de sostenibilidad, ni de coches de alquiler a precio de saldo según su folleto promocional, ni de otro servicio rápido y eficaz de viviendas de alquiler con sede social en Sudáfrica, ni tan siquiera de un novedoso grupo cuya única arma arrojadiza serán los polvos talcos€ Aprovechando el dolce far niente estival, inmerso en calores insoportables, buscaba y rebuscaba temas y asuntos que provocaran mi interés. Y choqué con un anglicismo que provocó mi curiosidad: Millenials. Como no podía ser de otra manera acudí a Google y, después de buscar y rebuscar, deduje que se trata de la generación formada por todos aquellos jóvenes que llegaron a su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2000, y que en consecuencia ahora tienen entre los y 17/18 los 34/35 años.

Si se consolida esta nueva realidad (personal, social y sociológica) se han ido al garete los esquemas racionales y estables que nos permitían encasillar a una persona según su edad (niñez, infancia, adolescencia, juventud, adultez, vejez€) con características y roles uniformes y diferenciados. Acudamos a los hechos. Un factor determinante de la trasferencia de la juventud hacia la adultez se visualizaba en la voluntad y capacidad de emancipación. Léase toma de decisiones que implicaban no una ruptura con sus raíces familiares, pero si un recorrido hacia una vida propia y de convivencia diferenciada. Entre los 19 y 25 años comenzaba a vislumbrarse y consolidarse una vida autónoma (personal, profesional,,económica, social€) que posibilitaba (con pareja o sin ella, sólo o con amigos/as) formar un hogar propio y diferenciado, aunque inicialmente fuera con apoyo familiar en la hipoteca o el alquiler. Tal modelo se fue al traste cuando el trabajo se convirtió en un bien escaso; y en la actualidad en caso de tenerlo, es de escasa estabilidad, calidad y bajos salarios. No sólo resulta imposible el acceso a una vivienda, sino también es inviable cumplir con los compromisos ya adquiridos a través de una hipoteca o alquiler. El resultado es el regreso al hogar familiar de referencia, "acogidos" por padres/madres (e incluso por las pensiones de los abuelos). Y ante tal panorama surgen los Millenials, la generación del milenio, que se presupone que serán más del 70% de la fuerza laboral del mundo desarrollado en 2025, y que probablemente habrán empezado a tomar las riendas del futuro.

En España son más de ocho millones las personas que nacieron en la prosperidad, con un entorno político, económico y social infinitamente mejor que el de sus padres, pero que cuando llegaron a la mayoría de edad se dieron de bruces con una durísima crisis que truncó las expectativas de muchos de ellos. Son el colectivo de los sueños rotos. La generación del milenio vive con la etiqueta de formar un ejército de gente perezosa, narcisista y consentida; sin embargo, los jóvenes españoles son también críticos, exigentes, reformistas, comprometidos, digitales y participativos. Pero piensan que la sociedad está en deuda con ellos. Se ven a sí mismos como una generación perdida en el camino entre dos mundos. Como decía una joven millennial de forma gráfica en un conocido programa de radio: "Somos una generación de transición. Somos la última en muchas cosas y la primera en otras tantas. Estamos entre lo viejo, que no acaba de morir, como el papel o el bipartidismo, y lo nuevo, que no acaba de nacer. Una generación que compra las entradas de cine en Internet y luego las imprime".

Pero, aunque un amplio grupo ha entrado en el mercado laboral "clásico" (contratos fijos, muchas horas de meritorio y sueldos bajos, confiando en ascender pronto), tal modelo está de capa caída. Les hemos instalado en la precariedad. "Aspiramos a todo lo que han aspirado nuestros padres, pero ellos se conformaban con un trabajo que les diera de comer y nosotros queremos que nos dé de comer y nos guste". Los millennials españoles quieren un trabajo, pero tienen menos prisa por encontrarlo, entre otros motivos porque no ven posible un trabajo digno y de acuerdo con sus capacidades y formación. "Salario bueno no va a haber; condiciones casi seguro que tampoco, expectativas escasas, y vivir la vida es un poco lo que nos queda". Y visto lo visto, ponen por delante (¡si es posible!) la calidad y un horario que les permita conciliar lo laboral y lo personal. Además, no están obsesionados por poseer una casa (¡imposible de facto!), pero si de acceder a aparatos digitales. Se refieren al último teléfono móvil y el último ordenador portátil, porque son esencialmente digitales, multipantallas y adictos a las APP y a las redes sociales. No ven mucho la televisión, ni compran periódicos, pero se consideran bien informados a través de Internet.

Tendremos que aprender a vivir y convivir en contextos más abiertos, transversales, mutantes y líquidos. Pero no se inquieten, yo también estoy hecho un lío.

Compartir el artículo

stats