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Antonio Papell

Golpe parlamentario en Cataluña

Los partidos soberanistas catalanes, tanto los de raigambre democrática que integran Junts pel Sí (ERC y PDeCAT) como la antisistema CUP, han abandonado hace tiempo las reglas de juego del pluralismo convencional para decaer en un populismo inconsistente que ignora que, en estos depurados regímenes occidentales, el fondo de las cuestiones es tan importante como los procedimientos. Y de la misma manera que Mas, Homs, Forcadell o Junqueras tratan de desacreditar en sus declaraciones la democracia española con el paupérrimo argumento de que "no deja poner las urnas" en Cataluña, o no reconoce el "derecho a decidir" de los catalanes, el conjunto del soberanismo se dispone a violentar las normas de funcionamiento del parlamento de Cataluña para sacar adelante la "desconexión" de Cataluña por la vía rápida, equivalente a la proclamación de la República catalana. El director de La Vanguardia, el principal periódico de Cataluña, acusaba este miércoles de "desfachatez" a los promotores de semejante mixtificación: "los mismos que aseguran que la democracia española está enferma intentan coartar el debate en el Parlament de la ley de desconexión, acogiéndose a un irregular procedimiento de urgencia", escribía Màrius Carol.

En síntesis, el bloque independentista pretende llevar a cabo una reforma exprés del reglamento del Parlamento catalán que le permita tramitar por vía de urgencia y sin debate parlamentario la referida ley de desconexión, un texto mantenido el secreto que sería dado a conocer a los parlamentarios en el momento de la votación, previo cambio súbito en el orden del día para introducir este punto en la sesión. En la actualidad, sólo el Gobierno puede utilizar este procedimiento, y lo que se pretendería es que un grupo parlamentario -Junts pel Sí- pudiera también hacerlo para diluir mejor la responsabilidad. Así, tal vía de urgencia dificultaría la proscripción que sin duda dictaría el Tribunal Constitucional, que debería actuar sobre una proclamación de soberanía ya consumada.

De momento, la propuesta de la reforma del reglamento efectuada por Junts pel Sí a la Mesa de la Cámara, fue objetada por los servicios jurídicos del propio Parlamento, que, a requerimiento de la oposición, advirtieron que para reformar el reglamento se debe abrir una ponencia en la que participen todos los partidos? La propuesta quedó aceptada condicionalmente, a la espera de que Junts pel Sí cumpla los requisitos? Con toda probabilidad, las marrullerías prosperarán de una forma u otra, y la teórica aprobación de la ley de desconexión podrá producirse en cualquier momento. Sin efectos jurídicos pero con una trascendencia política innegable ya que los golpistas -el término no es excesivo si se aplica a quienes violentan las leyes- pueden sentir la tentación de emprender una carrera de hechos consumados. La especie de que se busca un jefe de los mossos d'esquadra marcadamente soberanista para sustituir al actual, Albert Batlle, no resulta precisamente tranquilizadora.

Es imaginable que el Gobierno del Estado sigue todo este proceso con atención y es además clara la evidencia de que el Ejecutivo busca mantener una exquisita proporcionalidad entre las provocaciones que recibe y las respuestas que aplica. En este marco, es fácil comprobar que los soberanistas van enfangándose progresivamente, de espaldas no sólo a la opinión pública catalana -que no disimula su indiferencia generalizada hacia este peligroso aventurerismo- sino también a la internacional, ya que el resto de los países de la UE ni siquiera se dan por enterados de la provocación urdida por unos políticos que, además de salir del carril democrático, están siendo puestos en evidencia por los tribunales, tras el gran saqueo nacionalista a las arcas públicas. En cualquier caso, ya no basta el silencio como respuesta ante unas actitudes desquiciadas que podrían desbordar los cauces pacíficos de nuestro marco institucional.

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