Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Investidura prescindible

Rajoy ha confirmado en público el veredicto de Sánchez tras la última reunión telegráfica entre ambos. Se celebra una investidura prescindible, con un candidato empeñado en que los diputados han de regalarle graciosamente la mayoría absoluta que le negaron los ciudadanos a quienes representan. La ceremonia debió interrumpirse ayer a las diez de la mañana, cuando el líder socialista evolucionó de la simpleza a la simplicidad para recordarle a su adversario que va a fracasar "porque no tiene los votos". Y añadió un mazazo que sonó sacrílego ante el cesarismo provinciano del presidente del Gobierno, "eso se llama democracia".

El drama se diluye si conoces el final de antemano, así en Romeo y Julieta como en esta investidura de desamores. Rajoy se esfuerza para no ser querido, y a continuación se queja de que no le quieran. La novedad dentro del guion pautado se cifra en la emergencia de un pacto posible entre Sánchez y Rivera. Ambos le soltaron ayer al candidato desvestido que "el problema es que usted no es de fiar". El presidente del Gobierno en funciones migra de previsible a prescindible, pero es mucho pedir que examine el rechazo sin precedentes que genera.

Rajoy restriega los votos que tiene y se muestra olvidadizo con los que no tiene. Desprecia el resultado electoral del PSOE que ahora le resulta indispensable para gobernar, en lo que no constituye necesariamente la mejor táctica negociadora. Alardea de que ha obtenido más votos de investidura que su rival, obviando que la presidencia del Gobierno constituye un aval que por sí solo debió garantizarle la investidura. Perezoso en la persecución de apoyos, exige que sus rivales firmen un contrato de adhesión entusiasta a sus cinco años en el poder. Recrimina a Iglesias que se erija en portavoz de "la gente", cuando el candidato del PP ha patrimonializado a los ocho de cada diez adultos que no le han votado, al interpretar pomposo "lo que España entera quiere". En fin, se inviste de campeón antiterrorista, sin mencionar que acusó de "traicionar a los muertos y revigorizar a ETA" al tándem Zapatero/Rubalcaba que acabó con la banda. Por no hablar del 11M.

Compartir el artículo

stats