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Soltura británica

El partido conservador británico ha seleccionado internamente a su nuevo líder tras la dimisión de Cameron, y lo ha hecho con rapidez y eficacia conforme a un procedimiento sin burocracia alguna. Una vez que la sucesión ha recaído en Theresa May, Cameron se ha despedido del cargo en un acto improvisado por la mañana y la nueva primera ministra recibía por la tarde de manos de la reina el encargo de formar gobierno; a última hora de ese mismo día, May se había instalado en la residencia oficial y poco después se conocían los siete primeros nombramientos, entre ellos el del nuevo ministro de Exteriores, Boris Johnson. Al otro día, el gobierno estaba completo y trabajando.

Todo este proceso hubiera requerido en España varias semanas. Cada paso la dimisión de Cameron, la elección de May, la investidura de la nueva jefa de gobierno, etc. se hubiese solemnizado, protocolizado y oficializado con premiosa parsimonia? sin ver que la democracia parlamentaria requiere por definición agilidad porque se hace a la vista de todos, de forma que habría que eliminar las pausas y los ritos innecesarios. De la misma manera que en el parlamento británico las preguntas se improvisan en tanto aquí hay que mandarlas días antes por escrito (se supone que para restarles intencionadamente toda espontaneidad a las respuestas), el proceso político se desarrolla allí en tiempo real, en tanto aquí estamos sujetos a medievales cadencias y restricciones. ¿No deberíamos aprender, en fin, de la soltura británica a la hora de manejar la democracia?

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