El mágico Nivel 33 consiste en pagarle un sobresueldo vitalicio a Antonio Gómez -claro que lo recuerdan, hagan un esfuerzo- por su inigualable gestión como vicepresidente de Balears. Entra dentro de la lógica que le abonen esta prima los votantes de izquierdas, pues le deben el Govern. Sin embargo, es sangrante exigirle el pago a militantes del PP que han perdido el poder por su culpa. El indigesto sarcasmo de dar cualquier suma no caritativa al hombre fuerte del Consolat y otra veintena de perdedores, no disminuye un átomo el coraje del gabinete Armengol al suspender el regalo, englobado en la partida presupuestaria de Lucha contra el Parasitismo.
A falta de saber qué habría sucedido si la presidenta socialista pudiera aspirar al Nivel 33, entre los agraciados no solo está lo peor del gabinete fenecido. Numerosos altos cargos del PP declaraban como imputados, se sentaban en el banquillo y se aquietaban a condenas por corrupción mientras percibían la suculenta prima vitalicia de miles de euros anuales. El verdugo del Consolat presumía de "eliminar" a profesores y médicos de la nómina pública, para salvaguardar el futuro sobresueldo inmerecido de sus secuaces.
Los trabajadores están hoy mal o peor pagados, pero nadie -perdón, casi nadie- ingresa un solo euro por una labor que no hace, o en rememoración de sus glorias pasadas. El Govern cuenta con el apoyo de los contribuyentes, sobre todo los de derechas, para atajar el Nivel 33 a sus perceptores pasados, presentes y futuros. Los millones ahorrados permitirán contratar de inmediato a un centenar de profesionales útiles y no de burócratas, para visualizar la asfixia previa de la Comunidad empeñada en premiar a altos cargos que a menudo elevan a Gómez a la categoría de Churchill. Pensar que el descuento agostará la fuente de directores generales y asimilados, menosprecia la vanidad humana. Y desde luego, la retirada del bonus será anulada por el flamígero Tribunal Superior, que lo declarará tan compatible como la farmacia de Bauzá -claro que lo recuerdan, hagan un esfuerzo-. El fallo judicial contrario se erigirá en la garantía de que Armengol ha cumplido con la ley, y sobre todo con la decencia.
