Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

La salud deja de ser cuestión de papeles

Vivir en Balears vuelve a ser un poco más digno. Por lo menos implicará el derecho a luchar por la salud sin condicionantes previos ligados a la situación administrativa o económica de la persona. El Consell de Govern tiene previsto aprobar hoy una instrucción con la que se devuelve el carácter universal y gratuito a la asistencia sanitaria pública del archipiélago. Con ello, las puertas de los centros de salud y los hospitales volverán a estar abiertas para los 20.000 residentes en situación irregular o sin recursos a quienes, desde septiembre de 2012, se les exigía compromiso previo de pago para ser atendidos cuando acudían al médico.

Estas personas también se beneficiarán de un descuento farmacéutico en los medicamentos que les sean prescritos. Como es sabido, el copago de medicinas fue ampliado por el ministerio de Sanidad y aquí aplicado con esmero por el Govern Bauzá. Se presume que ahora el Servei de Salut ha decidido que los inmigrantes en situación irregular abonen el 40% de los fármacos que consuman, al igual que está ocurriendo con otros colectivos sociales en función de las rentas percibidas.

La reestructuración, en forma de ampliación absoluta, del sistema de salud pública, no supone, como se había indicado, la devolución de la tarjeta sanitaria. Los "sin papeles" obtendrán en este caso un documento que en la práctica les reportará los mismos derechos y garantías. Una vez que entre en vigor la instrucción de hoy, los afectados deberán tramitar por vía telefónica la regularización sanitaria de su estado.

En principio, ahora se da carpetazo a una controvertida polémica y se amplían contenidos que, aparte de las situaciones personales, también deben mejorar la calidad de la salud pública. El coste de la atención en tiempos de penurias económicas, también para la Administración, era el argumento esgrimido por los gobiernos del PP para cobrar la visita médica y la atención ambulatoria u hospitalaria por adelantado a quienes no cotizan en España. Sin embargo, distintos colectivos profesionales del ámbito de la salud también habían sostenido que estos costes no eran tan elevados como se suponía y que, en todo caso, los riesgos sanitarios que comportaba, en época de movimientos migratorios, eran muy superiores al alivio económico que pudieran reportar. La medicina preventiva quedaba seriamente tocada.

En Mallorca se ha vivido el drama extremo de Alpha Pam, un inmigrante muerto de tuberculosis por problemas de asistencia en el hospital de Inca. Metges del Món llegó a documentar 448 casos de excesos cometidos con la demanda de asistencia por parte de personas en situación irregular. Evidentemente, ahora el IB-Salut deberá adecuar su estructura a la nueva realidad normalizada que se le plantea y procurar que la recuperación de la sanidad universal no engrose unas listas de espera en ambulatorios y hospitales que ya son más abultadas de lo deseable.

Compartir el artículo

stats