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Cien líneas

Bitcoin

El bitcoin lo creó Satoshi Nakamoto „es un alias: a saber de quién se trata„ en el año 2009. Es una moneda nueva, no acuñada en el sentido literal del término, con realidad solo en la red, que no depende de Estado alguno, imposible de manipular en ningún sentido „emisiones inflacionarias y tal„ y que cada cual puede poseer de forma anónima. Total, una auténtica bomba positiva.

Y más ahora en que, como se ve en Chipre, de pronto a uno le pueden robar „sí, robar, no hay otro término„ el 40 por ciento de lo que posee. Por eso estos días se habla tanto del bitcoin.

Si estalla la guerra nuclear que están voceando, a más a más.

Vivimos en estados socialistas. Todos. Los más acusados, tal que Cuba y Corea del Norte, son, claro, los más pobres del planeta. El menos socialista, EE UU, es el más rico, pero apenas se salva de esa peste. En mil planos, círculos y esferas lleva tiempo funcionando un movimiento anarco-liberal contra semejante macrodictadura. Incluso en EE UU. De ahí el Tea Party, los intentos segregacionistas de Texas o el supremacismo violento.

El primer Estado moderno fue España. Por eso está condenada a ser el primer gran país en desaparecer. Es tan evidente que no merece la pena insistir. Pero detrás puede ir el resto, porque, dicho en términos marxistas, a día de hoy la contradicción principal se establece entre el Estado „entre la pléyade de estados„ y el piélago de sociedades. Si usted tiene bitcoin, no será saquedo por el Estado como en Chipre „o como en España, día a día„ para que la casta político-empresarial viva como marajás.

Estoy tentado de afirmar que estamos ante la lucha final.

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