Valeria Vegas (València, 1985), es periodista, documentalista, ensayista, escritora, colaboradora y productora. Además de ser 'trans', lo que le ha dotado de una sensibilidad especial para contar historias de mujeres que van a contracorriente. Por eso publicó en 2015 la biografía de La Veneno, '¡Digo! Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno', que sirvió de base para la serie de Atresplayer 'Veneno', a la que seguirá 'Vestidas de azul', que se estrena en diciembre. Ahora esa plataforma emite los domingos (este, el segundo capítulo) la docuserie 'El enigma Nadiuska', en el que se desvelan detalles desconocidos de su vida y también se hace justicia con las otras actrices del destape.

En el primer capítulo hemos descubierto muchas cosas de Nadiuska, una actriz del destape que fue mucho más. Un fenómeno social.

La docuserie va más allá del personaje.Y se llama 'El enigma Nadiuska' porque hay muchos interrogantes alrededor de ella y cosas que no se han sabido. 

Va desvelando esos misterios como si fuera un ‘true crime, colocando cada pieza en un mural.

Me han dejado dirigir con libertad absoluta. Pero esa parte como de 'CSI' es la que menos me gustaba. Aunque es cierto que hacía falta un hilo conductor. Porque pese a tener a 50 entrevistados a lo largo de los tres episodios, ninguno podía hacer un relato entero de principio a fin. Unos conocen los años 70; otros, los 90; otros, los 80... Entonces nos dimos cuenta de que, como tenía mucho de 'true crime', podría ser un recurso. 

En el primer capítulo vimos que, pese a que en la Transición aún había mucho puritanismo, Nadiuska rompió esquemas. Demostró ser muy valiente.

Sí, pero no era consciente de lo mucho que era. Se limitaba a ser ella misma. Y eso le pasó factura. El hecho de no tener prejuicios con el desnudo, mientras todas las demás siempre tenían una excusa para no hacerlo: que si el guion, que si mi padre se llevaría un disgusto.... Como ella no tenía un padre en casa, no tenía a nadie que dar explicaciones. Y viendo toda la documentación, no sé cómo esta mujer aguantó tanto.

Hablando de valentía, en este segundo capítulo se produce una especie de MeToo de las actrices del destape.

Nunca se había hecho de una manera tan directa. Tenía muy claro que hacía falta que fueran actrices que habían vivido ese momento tan crucial de España, la Transición, pero que fueran valientes. Y la valentía te la da no estar dentro de la industria ya. Igual no fueron la reina como Nadiuska, pero estaban ahí. Buscas en Wikipedia la entrada de Silvia Aguilar y te dice que ha hecho 30 películas. Y también estaban Jenny Llada, Carmen Platero, Sara Mora... Pero hace años que se fuerono la industria las echó. 

No se sabía que había sido de ellas.

Exacto. Ahora tienen otro tipo de vida. Tienen su familia, sus hijos. Excepto Jenni Llada, que sigue trabajando, y Carmen Platero, que es más mayor y se retiró, decidieron rehacer sus vidas fuera del espectáculo. Y sabía que eso les iba a dar fuerza para hablar. Si coges a alguna de las que siguen, no tienen esa valentía, porque creen que aún le deben algo al cine y confían que les den un papel. 

El miedo a que no les llamen, claro. No obstante, una incluso habla de una violación. 

En el documental no lo dice, pero a mí me confesó quién era la persona. Un actor de una serie muy conocida de los años 80. Pero no lo puede decir, porque no tiene pruebas. Si lo cuenta, tendría todas las de perder. A esas actrices parece que se las hubiera tragado la tierra y nadie les dijo: perdón y gracias.

En una entrevista usted decía que le daba mucha rabia porque parece que son ellas las que pidieran perdón por hacer ese tipo de cine

Es que alguien tenía que desnudarse. Tras la dictadura llegó esa especie de sarampión y a ellas les pilló allí. Si hubiera sido en los años 50, habrían hecho 'El pequeño ruiseñor'. Alguien tenía que hacerlo, pero con la ilusión de que pasara. Lo que me da mucha rabia es que parece que se sienten culpables de que la película sea mala, cuando eso es culpa del director . Y gracias a ellas hemos visto con muchísima más naturalidad, años después, los desnudos de Emma Suárez, Aitana Sánchez-Gijón, Penélope Cruz... En el guion ya era era natural, ya era como todo normal, pero hacía falta que alguien tuviese primero que pasar por ello. 

Otra mujeres que viven a contracorriente son las ‘trans’. Como las protagonistas de ‘Veneno’ y ‘Vestidas de azul’, que se estrena en diciembre en Atresplayer.

No es una segunda parte de 'Veneno', aunque coinciden algunas actrices, y ya no es una historia de los años 90, sino que es de los años 80. En ella se ve cómo era la sociedad de ese momento, la gente de momento, la industria en ese momento. Y desde luego ese es un relato digno de analizar.

En los años 80 las condiciones eran aún más duras. Los padres echaban de casa a sus hijos 'trans'. Aunque no fuera ese su caso, como se pudo ver en el personaje de Valeria en 'Veneno', que es usted.

Yo soy muy afortunada en la vida. Aunque creo también que he trabajado parte de esa fortuna. He tenido buenos padres, pero he sido buena hija, buena hermana, soy buena vecina. Pero no quita que la base ha sido buena y ojalá sea así para para mucha gente. Que tu libertad individual y lo que seas en la vida no suponga una piedra en el camino, que las cosas malas deben venir solas, que no te las pongan los demás. 

Pero aún hay gente que parece que le moleste. 

Y no lo entiendo. A mí la vida de los demás no me afecta: no me baja el IBI, no me quita el iva... Es un prejuicio. El ser humano se distingue de los animales porque somos prejuiciosos. Somos la única especie que lo es.