La serie 'Bosé' (SkyShowtime) ya apuntaba aspectos desconocidos de un artista que pese a su gran fama más allá de nuestras fronteras había conseguido blindar su vida privada todo lo que le permitieron hacer. Pero, además de estar lógicamente ficcionada, no incluía asuntos delicados como la pérdida de la custodia de los hijos que compartía con Nacho Palau, la polémica que levantó sus manifestaciones públicas sobre el covid o la misteriosa pérdida de la herramienta más valiosa para un cantante: la voz. Y eso que le faltaba a la serie, como explicaba el propio Miguel Bosé en la entrevista publicada hace unos días en El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, lo quería explicar en primera persona. Y así lo ha hecho en el documental original de Movistar Plus+ en colaboración con Shine Iberia que estrena la plataforma este martes 5 de septiembre. “Todo lo que se ha dicho y no se parece a esto es mentira”, aseguraba en esa entrevista, a la vez que advertía que ‘Bosé Renacido’ sería un auténtico “bombazo”.

Y los ingredientes para serlo los tiene, porque además de aportar profusión de datos inéditos de su vida y su carrera, convenientemente ilustrados con fotografías y grabaciones audiovisuales de su archivo personal o tomados por su entorno privado y profesional, el artista hace contundentes confesiones, divertido a veces; pícaro, otras; roto en ocasiones, e indignado en unas cuantas. Dependiendo de los recuerdos que comparte en cada uno de los cuatro capítulos que están marcados por una de las principales casas de las muchas que habitó: Villa Paz, en Saelices (Cuenca), donde vivió su infancia; la de Somosaguas, que compartió con su familia y la renovada, donde hizo su vida, y la actual de México, donde dice haber encontrado una paz que hace unos días trastocaron 10 hombres armados para asaltarle. Pero esa es otra historia. Quizá para otra docuserie.

1. Entre "monstruos"

En Villa Paz describe Bosé una infancia feliz, pese a vivir con dos “monstruos”, un padre torero mujeriego con una gran lista de famosas conquistas (“solo se salvó Carmen Sevilla”, dice el cantante) y tan excéntrico como para ser capaz de meter un puma en el salón y regalarles un mono (el causante de la cicatriz de su rostro), y una madre actriz y modelo, refinada y culta, procedente de Italia, que nunca encajó en una España menos desarrollada. Aunque eso no le impidió vivir una ingenua dicha infantil que se truncó con un misterioso suceso que podría haber acabado en tragedia, en el que estaban involucrados sus padres y su prima Mariví, amante (y sobrina) de su padre.

2. El hijo 'maricón'

El siguiente gran episodio de su vida, y del documental, se desarrolla en Somosaguas, un refugio de artistas por el que pululaban personajes como Luchino Visconti, Dalí y el 'abuelo' Pablo Picasso. Una etapa inspiradora que le hizo crecer diferente al resto de los adolescentes, a lo que contribuía una profunda sensibilidad que enfurecía a su padre, que continuamente le llamaba ‘maricón’. Una imagen de la que casi logró desprenderse ante su progenitor cuando Dalí le presentó a Amanda Lear, con la que descubrió el sexo. Casi. Seguía sin ser el macho que esperaba un torero.

3. Pánico de las fans

Otra experiencia que le marcó, fue la de Londres, donde conoció de cerca el ‘glam’ y el ‘gay power’, que importó. Y que esculpió a ese artista único que se presentó con soltura en el Florida Park en 1977 con su ‘Linda’ con tal éxito que propiciaría un fenómeno fan del que llegó a sentir pánico en muchas ocasiones. De esa época es su historia con el bailarín Nacho Duato (impagable el vídeo que aparece como cuerpo de baile de Bosé), porque ya había comprendido que atraía y le atraían tanto hombres con mujeres, y su lista empezaba a parecerse a la de su progenitor. Hasta el punto de que en una ocasión que enfermó de hepatitis y tuvo que encerrarse en su habitación, al entrar a visitarle le encontraron encamado nada menos que con ¡Úrsula Andress! 

4. Bajada a los infiernos

En la nueva casa de Somosaguas, la que compró a su madre (porque en es de dársela en herencia se la vendió) levantó, tras demoler la que contenía fantasmas del pasado, un templo minimalista donde vivió con una itinerante familia de músicos (entre ellos, Alejandro Sanz) una época creativa en la que el gran éxito comercial de los años 80 le supo a poco y al querer hacer las cosas a su manera vino el desastre, que él remedió picando a las puertas en México. Y llegó la etapa de romper los moldes y vestirse con faldas. Pero también la que tuvo que soportar que la prensa le 'matase' enfermo de sida y la de la bajada a los infiernos, en la que, como explica el propio Bosé en el documental, probó de todo menos la heroína. Un desenfreno sin límites que solo paró un accidente de coche que supuso un antes y un después.

5. La ruptura, el covid y la voz

Y ese después sería en el que retomaría su deseo de ser padre junto a su pareja, Nacho Palau, con el que vivió 24 años, algo que no fue un secreto, pero de cuya existencia solo sabían los más allegados, como explican personajes como Boris Izaguirre y Alaska, que dan su testimonio a lo largo de los capítulos como lo hace Alejandro Sanz, Lolita Flores, Mercedes Milá, Nacho Duato… Y a lo largo del capítulo aparece el Bosé padre, con imágenes inéditas llegando con sus bebés a su hogar; el activista defensor de los océanos, que logró, celebrando un concierto con otros cantantes, parar una guerra en Latinoamérica... Pero también el que vivió una ruptura traumática y vio romperse su familia, el que perdió el apoyo del público por sus declaraciones sobre la Covid y el que pudo quedar en el olvido al perder la voz. Ese Bosé del que quiere deshacerse, para reinventarse y resugir como el ‘Bosé Renacido’.