Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maldeojos

Tocándose el choto

Jordi González, curtido presentador, y la inigualable Belén Esteban.

Yo dono todo lo que gano con el vídeo si vosotros donáis los 62.000 euros semanales que pagáis a Belén Esteban. ¿Trato? Sí señores, Belén Esteban está cobrando 60.000 euros semanales por estar en una casa tocándose todo lo que viene a ser el choto. Con 62.000 euros puedes financiar el tratamiento de miles de personas con VIH, tanto que os quejáis, hijos de puta. Quien habla con tanta vehemencia es AuronPlay, un youtuber que logró convertir en tendencia mundial la etiqueta #GHVIH en Twitter, que más tarde cambió, atendiendo la petición de algunas asociaciones de enfermos de sida, a otra más potente y ajustada a la realidad, #GHVIPesBasura. Es perfecta. El rifirrafe ocurrió hace un par de semanas, pero la de San Blas sigue encerrada en la casa tocándose el choto y ganando 62.000 euros. Hay más. El joven, de lengua bien amueblada, se dirige a cámara con un desparpajo de 24 quilates, y ya que está hablando de Gran Marrano VIP no se resiste a definir a los concursantes. Kiko Rivera. Es un gordo desagradable que es famoso por ser hijo de cantante mediocre. Olvido Hormigos. Una ex concejala del PSOE que lo enseñó todo por internet, que va por ahí tocándolo todo. Ylenia. Un putón verbenero. Sandro Rey. Un estafador, pero léeme los labios, es-ta-fa-dor. Es mi canal de Youtube, y desde que lo creé tengo la filosofía de no callarme nada, y hasta que este canal no se hunda yo no me voy a callar. Por cierto, todo lo que gane con este vídeo irá destinado a la asociación CESIDA, coordinadora estatal del VIH en este país. ¿Lo veis, Gran Hermano?, ya he hecho más por el VIH de lo que vosotros haréis jamás. Así cierra el vídeo AuronPlay. Poco más se puede añadir.

Mira, el tonto

Claro que se puede hacer otro tipo de análisis de ese vertedero. Pero no me veo yo hablando de la iluminación plana, de los colorines del mobiliario, del sonido, del movimiento de cámaras, del momento confesionario, ni me veo recogiendo, papel y lápiz en mano para no perder ripio, lo que puedan decir en el estudio los defensores de unos y de otros, es más, no sé si Jordi González, al estilo Milá, hace cada semana el payaso o se limita a hacerlo sin echarle leña al guión. Lo que quiero decir es que para hablar de esta mierda no hay ni que verla. Yo jamás la veo. Con gente como el joven de arriba tengo la columna hecha. Luego sólo tienes que darte un paseo por las redes, ver algún vídeo, y confirmar que el hedor sigue instalado en el programa y en la cadena. A ella, como el destino justo que merece alguien con un perfil tan zafio, de usuaria de polígono, y capaz de apostar por un futuro prometedor para reforzar su chabacanería, ha llegado Sonia Castedo, nada menos que la alcaldesa de Alicante hasta hace dos horas. No sabe uno quién merece más a quién. Una forma de empezar su carrera, quizá para en un tiempo corto acabar en Gran Marrano, es entrar a Un tiempo nuevo, lo que dice muchísimo de ese programa. Como dice otro tanto de la cadena y del programa contar entre sus culo opinantes con el señor de canas níveas Ramoncín, oh, Ramoncín, presentado como, atención, cantante. ¿Todavía canta el rey del pollo frito? Por coronar este tridente baste mentar a Francisco Nicolás, el chico que dice estar fascinado por el poder. Ya ha entrado en la órbita de Mediaset. Es otro más. El gran farsante es uno de los últimos abducidos. Es tan ridículo, cansino, repelente y fantoche que en poco tiempo alcanzó el punto de cocción que necesita Mediaset para usarlo como picadillo. Lo pasean de Telecinco a Cuatro, y de Un tiempo nuevo a Todo va bien, donde le hacen ponerse un bigote parodiando a Aznar, como se pasea al tonto del pueblo para que haga la gracia al señorito.

Eres lo que ves

Ya forma parte de la cadena de Los Chunguitos, de Ana Rosa, de Jorge Javier, de Lorena -"Kiko Rivera se tira peditos durmiendo", o "yo siempre voy limpia aunque no vaya a follar"-, es la cadena de Rosa Benito, de Olvido Hormigos, de Revilla, de Pedro Piqueras y su noticiario de sucesos, del insoportable Sandro Rey. Esta parva de elementos está ahí porque hay espectadores que los ve, hay una audiencia que los sigue sin sentirse atropellada cuando el esperpento Esteban, ruina espantosa, dice que "no voy a dejar que Kiko coja una fregona y limpie porque aquí hay tías que lo pueden hacer". Si usted escucha eso y sigue impasible, usted comulga con esa chusma que gana en una semana lo que quizá usted no gane ni en un año. El ceporro de la Pantoja, al que se le ve todo el santo día tirado como la grama en los sofás de esa insalubre pocilga, recoge cada siete días 50.000 euros por tocarse lo que viene siendo la flauta. Toma, ríale la gracia mientras su familia quizá no pueda pagar la luz o comer pescado fresco. Dicen los defensores de esta desgracia televisiva, de este abuso, de este insulto a la dignidad, que el programa entretiene, es cachondo y no hace daño a nadie. ¿En serio? El tiempo en que Gran Hermano podía interesar por aquello de ver cómo era la convivencia entre desconocidos, cuando los concursantes y la audiencia aún eran ingenuos, pasó. Ese formato hoy es una pupa degenerada y sucia, pestosa, manejada a golpe de guión, y eso no sería ni malo ni bueno porque hablamos de televisión, es decir, de control, donde nada es porque sí, donde todo ocurre para atrapar a la audiencia. Lo inaceptable es que el programa haya apostado por la exhibición de villanos, putones, racistas, machistas, agresivos, maleducados, patanes, gentuza que convierte en valor, en referente, en conducta a imitar lo chabacano, lo analfabeto, la ignorancia, el mínimo esfuerzo. Hace 400 años ya escribía Cervantes que el "deleite que en el alma se concibe ha de ser el de la hermosura? y toda cosa que tiene en sí fealdad y descompostura no nos puede causar contento alguno". Pobre don Miguel si viera a esos patanes. Me tiene hasta el santo coño, grita la abotagada Belén tocándose el choto. Siga en su tumba, don Miguel.

Compartir el artículo

stats