Este viernes a las 21:30 Cuatro ofrece una nueva entrega de ´Me cambio de familia´. Fátima y Maripaz son las protagonistas de la entrega de esta semana.

Para la familia de Fátima lo más importante es la diversión. Viven sin horarios ni responsabilidades y el único que trabaja es Ramón, el cabeza de familia.

Por parte de la familia de Maripaz el trabajo lo es todo y junto a su marido, Kiko, educa a una familia numerosa y trabaja como leñadora.

En este intercambio, Fátima, que no está acostumbrada a trabajar en exceso, llegará a una casa en la que hay muchas labores que hacer. Por su parte, Maripaz tendrá que convivir en un ambiente donde no existen los horarios y sí mucho tiempo libre.

Así fue el último programa:

El turno de Callejeros

Tras ´Me cambio de familia´, Cuatro emite ´Callejeros´. "Mi casa está donde yo la aparco", dice Ricardo, que vive con su esposa Fátima y sus dos hijos en un área de descanso del municipio de Arroyo de la Miel, en la provincia de Málaga.

"Desde que conocí a mi mujer vivimos en una caravana", le explica Ricardo a "Callejeros", que también asegura que "se puede ser feliz en cualquier sitio". El equipo del programa coincide en un área de descanso de Sauca, en Guadalajara, con el veterano grupo musical Porretas, que está de gira por España: "Llevamos 20 años juntos, hemos parado aquí para comer y ahora vamos de camino a Logroño, donde daremos varios conciertos", cuentan.

Asimismo en Guarromán, provincia de Jaén, los reporteros encuentran a un joven italiano de 22 años haciendo autostop: "Quiero estar cuatro meses y medio viajando por Marruecos y Europa con un presupuesto de crisis de unos siete euros al día", asevera.

En Sagunto, Valencia, "Callejeros" comparte área de descanso con un equipo de gimnasia rítmica: "Acabamos de ganar la medalla de bronce en una competición", cuentan emocionadas.

Por otro lado, Valentín, de 43 años, lleva nueve al frente de una gran tienda de carretera de cerámica y regalos: "El negocio era de mi tío y aunque parezca mentira hay cientos de piezas a las que limpiarles el polvo cuesta unos seis meses", confiesa entre risas.

En la Junquera, Girona, se pueden llegar a concentrar al día más de 300 camiones de todas las nacionalidades.

Por la noche, algunos de sus conductores se dan cita dentro de uno de los remolques para cenar.

Por último, en el área de descanso de Monasterio, en la provincia de Badajoz, trabaja como vigilante Remigio: "El bastón que llevo es para ganarme el respeto de todo el mundo, como los galones", asegura.