Típico de la isla de Mallorca, el palo es un licor cuyos orígenes comerciales se remontan a la segunda mitad del siglo XIX.
Usado como bebida medicinal en la antigüedad (siglos XVI y XVII), este espirituoso le debe el nombre a uno de sus ingredientes básicos: la corteza de quina, conocida también como palo quina.
Originaria de América del sur, encontramos en esta planta más de 25 alcaloides diferentes. Destacan por su elevada concentración la quinina, la quinidina con seis derivados y la hidroquinina.
La quinina es el mayoritario y es a ella a quien se atribuyen las propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas del palo quina.
Si el palo de Mallorca se elabora a partir de una infusión y/o maceración de quina y genciana, tal como establece su reglamento, ¿encontraremos quinina en esta bebida?
Una pregunta sencilla merece una contestación sencilla: sí.
¿Cuánta quinina tiene el palo de Mallorca? ¿Cuál es la concentración de quinina en el palo de Mallorca?
Una pregunta complicada, en algunos casos, merece una contestación complicada: depende. Depende de la cantidad de corteza de quina que se macera o infusiona, depende de la calidad de esta, depende de la variedad o especie de quina que es tratada (Cinchona officinalis, Cinchona calisaya, etc.), depende de la proporción alcohol-agua utilizada en la maceración, depende de la temperatura del proceso de extracción, depende…
¡Ojo! No se trata de un depende difuso. La concentración o contenido de quinina en el palo es inferior a los 250 mg/kg.
El Reglamento de Ejecución (UE) No 872/2012 de la Comisión establece para las bebidas espirituosas un límite máximo de 250 mg/kg. Dicho dato corresponde a un valor medio de 287 mg/L.
¿Es tóxica la quinina?
Se trata de un principio activo que tiene propiedades medicinales, y que, como cualquier medicamento, una dosis excesiva (más de 1g/día en el caso de la quinina) puede dar lugar a efectos adversos.
Si las matemáticas no nos engañan, una consumición de palo de Mallorca (3 cl) nos aportará como máximo 8,6 mg de quinina. Deberíamos tomar 116 consumiciones diarias (casi 3,5 litros) para llegar al límite.
Moraleja:
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Lectura recomendada:
Ana Belén González Reyes, Arturo Hardisson de la Torre, Ángel José Gutiérrez Fernández*, Carmen Rubio Armendáriz, Inmaculada Frías Tejera y Consuelo Revert Gironés. Cafeína y quinina en bebidas refrescantes; contribución a la ingesta dietética. Nutrición Hospitalaria 2015;32(6):2880-2886.
