'Cavernícola': Una animación peculiar
Buena adaptación en la utilización de la plastilina, mejorando las prestaciones de la misma
Mantiene el nivel más que estimable del cine de animación de los prestigiosos Estudios Aardman, que han marcado un hito en la utilización de la plastilina y que han mejorado las prestaciones de su trabajo con las técnicas digitales. Por eso Cavernícola se inscribe en la tradición de sus anteriores y populares largometrajes, entre ellos Evasión en la granja (2000), Wallace & Gromit: La maldición de las verduras (2005), Piratas (2012) y La oveja Shaun. La película (2015).
El director es Nick Park, que presta, además, su voz al personaje de Hognob, y que nos traslada a un mundo remoto, el de la Edad de Piedra primero y la del Bronces después, de la mano de unos seres peculiares y brutos, que han pasado a la historia por haber inventado el deporte de masas por excelencia, el fútbol.
La película se vale de un prólogo para sumergirnos en la prehistoria y dejar sentadas las bases del origen del deporte rey, consecuencia de la llegada de un pequeño meteorito incandescente procedente del espacio que reciben a patadas los cavernícolas de la época. Pero el verdadero escenario se ubica varias eras después, cuando un grupo de pobladores liderados por el valeroso humano Dug y su inseparable amigo Cerdog están en vías de convertirse en héroes conservando para siempre sus tierras propias, inmersas en un precioso valle, de las que quieren expulsarles las huestes modernas y sofisticadas del malvado Lord Nooth. Es una situación límite que ambas partes deciden resolver mediante un partido de fútbol que otorgará la gloria y las tierras al vencedor del mismo. Con influencias argumentales de Evasión o victoria de John Huston, que también recurría al fútbol como juez en un encuentro trascendental, que ha sido manipulado por el tramposo y estúpido Lord Nooth para que resulte imposible la victoria del equipo del Real Bronze, se prepara el terreno para llegar a unos minutos finales apoteósicos.
Todo, por supuesto, previsible y sin asomo de sorpresa alguna, pero con motivos para que sus 90 minutos no lleguen a aburrir. Con una factura técnica de animación que no defrauda y con las voces españolas de Hugo Silva, Chenoa y Mario Vaquerizo que doblan respectivamente a Dug, Val y Lord Nooth.