El transvase de sa Costera arrancó oficialmente su período de pruebas el 31 de julio de 2008 tras cuatro años de obras. Constituyó todo un hito de la ingeniería puesto que una parte del trazado discurría bajo el mar. Con más de 30 kilómetros de tuberías el transvase se situó como la mayor obra hidráulica jamás construida en Mallorca, un jalón que todavía conserva puesto que la inversión realizada fue superior, por ejemplo, a la que el Estado destinó para la construcción de los embalses de Cúber y el Gorg Blau.

Sa Costera costó finalmente un total de 78 millones de euros, tras ejecutarse un presupuesto que fue incrementándose a medida que transcurrían las obras. Inicialmente se calculó que la canalización costaría de 56 millones de euros, pero al final el montante se superó en un 40%.

Gran parte de este dinero sirvió para construir una canalización de nueve kilómetros de longitud que fluye bajo el mar. Une el manantial de sa Costera, situado en un acantilado junto al mar en el término municipal de Escorca, con el depósito acumulador instalado en las inmediaciones del Port de Sóller por donde el agua fluye por gravedad mediante el sistema de vasos comunicantes. Desde este punto el líquido es impulsado mediante bombas a presión hacia un depósito situado en las inmediaciones de los jardines de Alfàbia. Desde ese punto fluye por gravedad hasta los distintos puntos donde la consumen.