Las viviendas se han convertido en “huchas de hormigón”

 Expertos reunidos en un seminario de la UIB desmenuzan desde la perspectiva de ciudades turísticas una problemática que “no se ha solucionado nunca”

El control de los precios de alquiler “no ha tenido éxito en ningún lugar”  

Los expertos en vivienda María José Piñeira, Lola Sánchez , Isabel González, Jesús González y Héctor Simón este viernes en ca n’Oleo, en Palma.

Los expertos en vivienda María José Piñeira, Lola Sánchez , Isabel González, Jesús González y Héctor Simón este viernes en ca n’Oleo, en Palma. / B. Ramon

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

En torno al principal debate no solo urbano, sino político, ciudadano y mediático en el Estado español y “con toda seguridad” en Baleares se han reunido este viernes expertos universitarios en el seminario Acceso a la vivienda en la ciudad turística, en el que se ha puesto de manifiesto que el control de precios de los alquileres, como propugna la ley estatal de vivienda, “no ha tenido éxito en ningún lugar”. Se augura que la norma será un fracaso y se apela a que se acometan medidas estructurales. La política de vivienda no se puede disociar de la del suelo en un contexto en el que los inmuebles se han convertido en “huchas de hormigón”. 

El seminario lo ha organizado la Cátedra de Estudios Urbanos de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que dirige el doctor y catedrático de Geografía Jesús González. 

“No existen soluciones mágicas”, advierte Héctor Simón, profesor de Derecho Civil en la Universidad Rovira i Virgili y avisa también de que el control de los precios de los alquileres “no ha tenido éxito en ningún lugar”. El también director de la Cátedra Unesco de Vivienda enumera efectos contraproducentes de esta medida como la reducción de la oferta de alquiler, la selección de inquilinos o el mercado negro. Así las cosas, cree que la ley de vivienda será un fracaso.

“Ojalá no lo sea”, acota Simón. Tampoco confía en que la eliminación de las conocidas como Golden Visa o los avales para jóvenes (que aumentan el precio de las viviendas), vayan a ser medidas positivas. Apela a que “si se descongestionan la ciudades, puede ayudar al acceso” a la vivienda, por eso llama a la diversificación de la actividad económica fuera de las grandes urbes. 

Del "país de la libertad"

Por su parte, Isabel González, profesora de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, lamenta que la vivienda se ha convertido en un bien de inversión, “no está pensada para que la habiten los ciudadanos”, se ha convertido “en una hucha de hormigón”. Cuestiona que se siga hablando de políticas sectoriales, cuando hasta Engels en el siglo XIX ya hablaba de los problemas de vivienda en Londres. “No se ha solucionado nunca”. Plantea que no se puede diferenciar la política de vivienda de la de suelo. 

“Vengo del país de la libertad”, ironiza la madrileña. Con la liberación del suelo y el mercado “no puedes vivir en Madrid, te tienes que ir a Toledo”.

Jesús González escenifica la realidad de Baleares, que a las problemáticas comunes en esta materia suma la de la insularidad. “Aquí si no puedes vivir en Palma” en el municipio de al lado tienes “los mismos problemas” porque la tensión de los precios se extiende a todo el territorio.

Ahora cuando los problemas están “cronificados es cuando empiezan a preocupar”, dice María José Piñeira, profesora de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela. Urge la construcción de viviendas públicas y que funcionen iniciativas como la de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el banco malo, que arrastran problemáticas, como pisos con okupas, que no se resuelven de forma inmediata. 

No demonizar

Mirando la ciudad en la que vivimos Lola Sánchez, profesora de Geografía de la Universidad de Barcelona, reconoce que “no se puede renunciar al turismo ni en Palma ni en Barcelona”. Advierte que como se ha visto en la capital catalana el intentar repartir la actividad turística para descongestionar zonas ha tenido el “coste” de quitar presión de un sitio para mandarlo a otro. “En cualquier caso hay que ordenar” los flujos turísticos y “no demonizar” el turismo, si bien en algunos sectores es “una actividad voraz, depredadora”. 

Sobre la prohibición del alquiler turístico en pisos en Palma dice Jesús González que está funcionando “relativamente”, todavía falta “demostrar” si está impactando en la reducción de los precios de la vivienda. No obstante, se trata de una política sectorial que “no va a solucionar todo el problema”. El geógrafo cree que la prohibición de la venta de viviendas a extranjeros es un tema “muy delicado”. Más allá de que legalmente no se pueda hacer señala que se relaciona al no residente con el inversionista, pero no hay que olvidar por ejemplo al “nigeriano”, por ejemplo, que también es extranjero. Apunta también que para un alemán de clase media la vivienda en Palma es cara. 

Vivimos del turismo sin querer verlo

Los expertos avisan de que no hay ciudad que haya resuelto el problema de la vivienda, “cada país tiene sus particularidades. El modelo nórdico no está mejor que nosotros. No hay soluciones mágicas”, dice Héctor Simón. 

Ante la crisis climática, Isabel González augura que “lo de viajar barato se va a reducir. Se va a generar otro problema. El transporte barato se va a acabar”. “Vivimos del turismo y no lo queremos ni ver”. Considera que habrá que reducir la movilidad.

Sobre el efecto del cambio climático ligado a la turistificación, María José Piñeira apunta a que se tendrán que esponjar zonas para mitigar las altas densidades y volver a tener espacios públicos.

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