Costa exculpa a la presidenta por la acusación de agresión sexual del alto cargo: "Solo yo conocía lo que había sucedido"

El vicepresidente del Govern afirma que no explicó a la presidenta que Juan Antonio Serra Ferrer había sido detenido por intentar besar a una mujer en Palma, le lamió la cara y golpeó a un policía

Confió ciegamente en la versión de su amigo, que negaba los hechos

El vicepresidente del Govern, Antoni Costa, ayer en la rueda de prensa.

El vicepresidente del Govern, Antoni Costa, ayer en la rueda de prensa. / B. Ramon

Después de un fin de semana de mutismo absoluto tras conocerse que el vicepresidente del Govern fichó a sabiendas a un alto cargo acusado de agresión sexual, Antoni Costa compareció ayer para dar explicaciones: «Le nombré respetando la presunción de inocencia, pero el viernes vi que me había equivocado». Costa asegura que ocultó a la presidenta del Govern, Marga Prohens, la acusación de su amigo ―no le explicó que había sido detenido por intentar besar a una mujer en Palma, le lamió la cara y golpeó a un policía― y ex director del Ibetec Juan Antonio Serra Ferrer: «Solo yo conocía lo que había sucedido, en todo momento me negó que los hechos que se le atribuyen se hubieran producido, confié en él».

El vicepresidente del Ejecutivo autonómico, visiblemente abatido durante toda la comparecencia pública, reitera que fue informado el pasado viernes de la apertura de juicio oral y «en cuestión de horas» decidió que debía destituirlo de forma fulminante: «Vi que me había equivocado y me sabe mal que este hecho envíe un mensaje equivocado sobre el absoluto compromiso del Govern contra todas las formas de violencia contra la mujer».

En todo momento el dirigente ibicenco del PP quiso proteger a la presidenta, defendiendo una y otra vez que la líder popular no conocía bajo ningún concepto la situación de Serra Ferrer, a pesar de que se trata de un tema que tuvo una gran repercusión mediática y social por la gravedad del caso y la rápida actuación de la Universitat de les Illes Balears (UIB), que prescindió del acusado a las pocas horas de conocerse el caso: «Efectivamente me equivoqué con el nombramiento, había leído lo que había salido en los medios hace tiempo y conocía la decisión de la UIB, pero en todo momento me negó los hechos que se le atribuían y me dijo que en ningún caso era verdad». Cuando la universidad decidió cesarlo justificó la decisión así: «Cualquier conducta que atente contra la dignidad y los derechos de las personas no es tolerable para una institución que mantiene un firme compromiso social y busca transmitir los valores cívicos y democráticos».

Apoyo incondicional a su amigo

Costa decidió creer a ciegas la versión de su amigo durante todos estos meses. Hasta que este viernes Diario de Mallorca publicó que la Fiscalía pide tres años de cárcel y el policía agredido, otros cinco. Al leer los escritos de acusación, el vicepresidente dice que no vio otra opción que cesarlo: «El único que conocía su situación era yo, confíe en su palabra y respeté la presunción de inocencia porque en todo momento me trasladó que todo lo que se había publicado en los medios era falso, así que confié en su palabra y creo que me equivoqué».

Preguntado por la decisión de colocar a una persona en el Govern sobre la que pesaban dos acusaciones tan graves, Costa afirma que no le nombró por ser su amigo ni porque le conociera, sino porque «creo que era un buen profesional que desarrolló trabajos de gerencia en otras empresas».

En todo momento consideró que se trataba de «un hecho que no tenía la trascendencia que finalmente ha tenido» y reiteró que decidió fiarse de la palabra de su amigo porque «él estaba convencido de que no llegaría ni a juicio oral sino que se archivaría antes porque era un hecho que no tenía trascendencia».

En este sentido, manifestó que la UIB tomó la decisión de cesarle de forma fulminante «en función de lo que se publicó en los medios, sin prestar atención ni consultar en absoluta a la persona acusada», una decisión totalmente opuesta a la suya: «Yo tuve la información de la persona y me fié de lo que me dijo, aunque a día de hoy puedo decir que la UIB acertó y yo me equivoqué, a pesar de que tomaron una decisión por lo que comunicó una de las partes mientras yo tenía la otra».

Costa quiso realizar algunos paralelismos de este caso con otros del pasado y aseveró que «no es el primer caso en que no se respeta la presunción de inocencia, se hace un juicio paralelo y finalmente acaba en nada». Todo ello acompañado de una crítica a otros partidos: «La decisión que he tomado es contundente, no sé si otras personas en casos así han actuado con la misma contundencia».

A pesar de las reiteradas peticiones por parte de la oposición de que dimita, el vicepresidente del Govern no considera que lo sucedido sea motivo suficiente para dejar el cargo y se reafirma en su voluntad de seguir en el Ejecutivo: «Mi cargo es decisión de la presidenta, también en la destitución. Estoy a disposición de lo que estime conveniente hacer».

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