El Club de Roma debate en el CaixaForum de Palma: «El instrumento armado de la corrección política es la cancelación»

El Club de Roma debate en el CaixaForum de Palma sobre la libertad en la era digital - «En las redes sociales triunfa la imposición peyorativa del que no piensa lo mismo que tú»

Diego Hidalgo, Cristina Manzano, Enrique García, Darío Villanueva y José Francisco Conrado.

Diego Hidalgo, Cristina Manzano, Enrique García, Darío Villanueva y José Francisco Conrado. / Manu Mielniezuk

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Cultura de la cancelación, posverdad, corrección política o desinformación fueron algunos de los ejes de la mesa redonda que celebró ayer el Club de Roma en el auditorio del CaixaForum de Palma.

El doctor José Francisco Conrado, coordinador del Grupo Balear del Capítulo Español del Club de Roma, presentó el debate que abordaron tres expertos con diferentes perspectivas sobre la sociedad de la información, en el que se diagnosticaron los riesgos que corre la libertad de los humanos en la era de la digitalización y las redes sociales.

El catedrático de Teoría de la literatura Darío Villanueva centró su intervención en la posverdad, es decir, «la generalización de la manipulación en función de ciertos intereses», y el sesgo de confirmación, «la actitud por la cual uno prefiere su propio sesgo a la evidencia sobre una cuestión». El también exdirector de la RAE considera que la corrección política es la «censura posmoderna» de la era digital, y la cultura de la cancelación su «instrumento armado».

Para Villanueva, en las redes sociales triunfa la «imposición peyorativa del que no piensa lo mismo que tú», un fenómeno que ha derivado en un «descrédito absoluto de las élites intelectuales y de los medios de comunicación tradicionales» y que, como ejemplo, «en la universidad norteamericana ha acabado con la libertad de cátedra».

Si bien la corrección política nace de instancias que no son gubernativas, puede provocar la «muerte civil» de aquel que vaya en contra del triunfo de la revolución social que se propugna. El análisis de Villanueva, que advirtió que la sociedad se acercará a un régimen totalitario en el momento en que el poder legislativo empiece a aplicar criterios de corrección política, hizo reflexionar al público.

La periodista Cristina Manzano, directora del medio Esglobal y columnista en El País y en El Periódico de Catalunya, habló sobre la transformación de los medios de comunicación en la revolución tecnológica. Reflexionó sobre la sistemática pérdida de confianza de la sociedad en las instituciones y en los medios, el entorno de profunda polarización (que tiene sus raíces «en las desigualdades económicas y en la ineficiencia de las instituciones», explicó), y de la supervivencia de la prensa en el «tsunami de internet y de la gratuidad».

«Las redes sociales no son ni buenas ni malas en sí, lo importante es el uso que se haga de ellas», apuntó Manzano. En este punto discrepó el empresario Diego Hidalgo, experto en Sociología y Relaciones Internacionales, que consideró que «las tecnologías no son neutras» y que, al fin y al cabo, conllevan unos valores y una cultura que «influyen en cómo pensamos, cómo actuamos y quiénes somos».

Entre los peligros que amenazan a la sociedad que se relaciona en las redes, Hidalgo habló de la merma de la capacidad de la atención: «Cada vez leemos menos porque tenemos más distracciones y es difícil concentrarse en un texto largo», comentó. Sin embargo, si se identifican esas debilidades, es posible contenerlas.

Además, los usuarios deben tomar conciencia, consideró Hidalgo, de que la pérdida de su privacidad no solo consiste en la recepción de correos indeseados o el robo de datos con el fin de fraude: «Eso es solo la punta del iceberg». Por ejemplo, con la geolocalización del teléfono es posible determinar dónde vive, trabaja o se desplaza el usuario: «Pensamos que nos estamos protegiendo, cuando en realidad estamos entregando una serie de datos colosal», lamentó Hidalgo, quien también recordó que existen escudos, como el Reglamento Europeo de Protección de Datos, para paliar esta inmensa falta de privacidad.

La mesa redonda concluyó con una batería de propuestas para que los avances tecnológicos resulten positivos para la sociedad, y un posterior coloquio en el que el medio centenar de asistentes tuvieron la oportunidad de conversar con los expertos.