Simó Moreno, del Forn S'Era de Sineu: «Se puede ser panadero hoy día, hay otra forma de hacer las cosas»

Fundó hace tres años su propia panadería, donde vende por las tardes de martes a viernes

Simó Moreno, en el Forn s'Era de Sineu.

Simó Moreno, en el Forn s'Era de Sineu. / Joan Frau.

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Simó Moreno es panadero y propietario del Forn s’Era de Sineu desde hace tres años. El suyo es un caso interesante porque marca un nuevo camino de cómo podría sobrevivir una profesión sacrificada y con elevados costes personales. «Así como se presentaba hasta ahora la profesión, la gente que podría dedicarse a ella la descarta. Hay que darle la vuelta cambiando ciertas cosas», considera. Para empezar, el horario tanto de trabajo, que arranca de madrugada, como el de venta. Simó empieza a hacer el pan en el obrador hacia las 7.15 y está hasta las 14 horas preparando todo el género que venderá de 15 a 17 horas, de martes a viernes, que es cuando abre la panadería. 

Este profesional se formó en Barcelona y Hamburgo, y ha trabajado durante doce años como panadero. «Me di cuenta de que nunca podría tener un estilo de vida con el que compaginar otras facetas de la vida. Entonces me dije, me voy a crear yo ese estilo de vida. Y así fue como decidió cambiar los horarios: el pan se puede vender por la tarde también, sobre todo cuando haces el pan que yo hago, que te dura hasta siete días», comenta. También tiene claro que su profesión precisa cada vez de más formación y de especialización. «Esto es artesanía y estoy seguro de que cada vez se valorará más de esta forma», señala. «Y creo que viene una contracorriente muy fuerte para hacer frente al mantra de ‘lo queremos todo y ya’ del consumismo actual, la gente buscará productos de mayor calidad, que duren más. Por eso, pienso que uno de los errores frecuentes de los panaderos es que tratan de competir con la industria y acaban entrando en una guerra de precios que no pueden asumir». 

Moreno aboga por regresar a un mundo artesano modernizado, que valore el pan, que se especialice con los productos y que empiece a pagar sueldos más elevados a los trabajadores. También echa en falta «espíritu emprendedor» en la gente de su generación. «La mayoría busca ganar 1.700 euros teniendo un horario cerrado. Hay mucha comodidad».

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