Sebastià Taltavull se despidió ayer de su madre en la misa que se realizó a las 20.00 horas en la Catedral de Palma. El obispo empezó la homilía agradeciendo todos los mensajes de cariño y respeto que han recibido, tanto él, como sus familiares más cercanos.

Después de dar las gracias explicó que pudo despedirse de su madre, al igual que sus hermanos, «estos días, estando junto a nuestra madre con mi hermano y mi hermana, hemos tenido el privilegio de acompañarla en sus últimas horas de una larga vida, más de cien años cumplidos el día de Pascua».

Además, recordó momentos vividos en familia, con su madre siempre presente, «son muchos los instantes y experiencias que han ido pasando estos días por nuestros recuerdos, viviendo de su compañía, tanto si nos tenía que ayudar a hacer los deberes de clase cuando éramos pequeños, como si, ya de mayores, disfrutábamos de estar con ella en casa, ya que siempre estaba para nosotros. Esta unidad familiar nos ha ayudado mucho porque en ella hemos visto el buen hacer de muchas de nuestras decisiones adultas cuando cada cual ha orientado su propia vocación».

Los asistentes de la misa en la Catedral. | BISBAT DE MALLORCA

Acabó la homilía recitando un poema del sacerdote Bernardo Velado Grana, operario diocesano, poeta y liturgista, ya fallecido, que lo escribió tras la muerte de su madre.

A la misa acudieron amigos y familiares del obispo, también asistieron más de 70 curas de las islas, además de algún político, como fue el caso de Marga Prohens.