La consellera de Salud, Patricia Gómez, pidió ayer a la industria farmacéutica más «transparencia» para que las decisiones sobre el coste de los medicamentos, que «deben tener un precio razonable», se tomen con conocimiento y con la información necesaria.

La titular de Salud lo explicó ayer en un desayuno informativo organizado por Executive Forum, con la colaboración de las farmacéuticas Takeda y Daiichi-Sankyo. Durante su intervención, la dirigente reivindicó la «necesidad de tener una agencia de evaluación de medicamentos».

También aseguró que «Balears no va a dejar de comprar un fármaco prescrito por un facultativo», aunque añadió: «Hay veces que tenemos serias dudas». «Destinar un millón de euros a un tratamiento para alargar la vida de un paciente tres meses es lo ético, pero no podemos hacerlo con todos los ciudadanos», justificó.

Por otro lado, en un balance de la situación actual, Gómez consideró que la pandemia ha puesto de manifiesto la «fortaleza y buena coordinación» del sistema sanitario «por encima de los colores políticos».

La responsable recordó que en siete años la plantilla de profesionales de la salud se ha ampliado de 15.000 a 20.000. En concreto, el 50% del presupuesto sanitario balear se invierte en profesionales, el 25% en políticas de promoción de la salud y el otro 25% en medicamentos.

Por eso, Gómez explicó que la Conselleria no puede considerar a la industria farmacéutica como un proveedor más, sino como un «socio estratégico», puesto que supone gran parte de sus inversiones.