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Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Eva Cuesta Moreno Bióloga especializada en Zoología y divulgadora científica

«Las jóvenes también pueden ser científicas, aunque no lo vean en los libros de texto»

La zoóloga Eva Cuesta ofrecerá un monólogo en clave de humor hoy a las 19:00 horas en el CaixaForum

La doctora en biología y divulgadora científica Eva Cuesta Moreno.

Para celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la red de centros CaixaForum y CosmoCaixa acogerán conferencias simultáneas en ocho ciudades con el fin de dar visibilidad a las científicas. La bióloga especializada en zoología y divulgadora científica, la recién doctora Eva Cuesta Moreno, ofrecerá, a las 19:00 horas en el CaixaForum Palma, el monólogo en clave de humor ‘La vida es una mierda’. Toda una declaración de intenciones sobre su campo de investigación: los escarabajos coprófagos, cuya principal característica es que se alimentan de excrementos.

¿Por qué es necesario un día para la mujer y la ciencia?

Hay muchos motivos. Durante muchos años, a las científicas se nos ha invisibilizado, y eso ha provocado que se entienda que las mujeres no estamos en la ciencia porque somos menos capaces. Lo arrastramos desde hace años. El 11 de febrero es un buen día para reivindicar el nombre de las científicas que fueron calladas, y cuyas autorías fueron atribuidas a hombres porque ellas no tenían permitido trabajar.

¿Hay que fomentar la vocación en las niñas?

Ese es otro de los motivos por los que es necesario este día. Tienen que saber que ellas también pueden ser científicas, aunque no lo vean en los libros de texto. Son igual de capaces que los niños.

¿Qué dificultades hay que sacar a la luz en esta cita?

Hay muchas, pero a veces no somos conscientes porque las tenemos normalizadas. Hemos crecido viendo la ciencia como un mundo de hombres, y por eso tenemos sesgos inconscientes de género. Muchas veces, cuando tomamos una decisión, beneficiamos de forma involuntaria a los hombres, lo que a la larga provoca que la mayoría de mujeres se descuelguen de la carrera. Incluso yo misma me detecto esos sesgos. Hay que fomentar el pensamiento crítico para saber detectarlo, tanto cuando evaluamos como cuando somos objeto de evaluación.

¿Qué adversidades se ha encontrado en lo personal?

Es posible que muchas, pero a veces ni siquiera somos conscientes de ellas. He pasado del «cuidado, se te va a manchar el pelo» a que directamente no tuvieran en cuenta mis herramientas cuando íbamos a hacer trabajo de campo. Son cosas que pueden parecer absurdas, pero van calando en nuestro pensamiento. Hay una base machista que está patente en casi todas las situaciones. Cuando estás en un grupo de investigación con ocho hombres y dos mujeres, te haces pequeña. Te menosprecias a ti misma. Y para defender una idea, tienes que pelearla mucho más, aunque si la expresa un compañero es diferente. Antes pensaba que podía ser por estatus, pero con el tiempo me di cuenta de que era una cuestión de género.

¿El título de su monólogo va con segundas intenciones?

Yo siempre digo que la mierda es un mundo, porque tiene muchísima vida. Los coprófagos, por alimentarse de excrementos, aportan muchos beneficios a los ecosistemas. Por una parte, tienen una labor fundamental a la hora de eliminar el excremento de la tierra, que si se acumula puede tener consecuencias negativas. Por otro lado, son muy beneficiosos porque descompactan la tierra y la airean, además de ingresar materia orgánica. Es decir, que hacen de manera natural lo que nosotros hacemos cuando queremos mejorar la productividad de nuestros campos de cultivo. Incluso pueden ahorrar dinero, por ejemplo en fertilizantes o compuestos químicos. Por eso me gusta decir que en la mierda hay mucha vida, aunque a veces, al revés también vale decirlo.

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