La nueva consellera de Derechos Sociales y presidenta del IMAS, Sofía Alonso, ha podido asumir el puesto, entre otras cosas, gracias a un informe técnico encargado por la institución insular sobre si siguió o se saltó el protocolo de vacunación que la exhibe de responsabilidad. En este documento ella declara que no se «quería vacunar» y fue ante la insistencia y las órdenes del equipo de coordinación de la vacunación del IB-Salut por las que accedió a ser inmunizada y saltarse el orden establecido.
Los hechos ocurrieron el 27 de diciembre de 2020, con la llegada de las primeras vacunas a Balears a la residencia de la calle Oms-Sant Miquel. Alonso era entonces la directora insular de Gent Gran y su inmunización provocó un revuelo de consideración, ya que ella se vacunó junto a otros cinco altos cargos del IB-Salut en un momento en el que las vacunas eran escasas y tan solo podían ser inmunizados los usuarios y personal de residencias geriátricas.
Ante este revuelo, los socialistas llegaron a un acuerdo con sus socios de Pacto, que exigían la destitución de Alonso, para encargar un informe externo que dirimiera si Alonso actuó según el protocolo de vacunación.
En este informe, firmado por un médico de familia y un enfermero de la comisión deontológica del Colegio Oficial de Enfermería de Balears (COIBA) a finales del pasado mes de septiembre, es donde Alonso fue requerida para que declarara sobre su actuación en la vacunación presuntamente irregular del 27 de diciembre.
Según el informe, al que ha tenido acceso este diario, la nueva consellera y presidenta del IMAS señala: «Que no tenía ninguna intención de vacunarse el día de los hechos, que la decisión de vacunarse no la tomó ella, la tomó el equipo de coordinador de vacunación (IB-Salut) y que accedió por recomendación del equipo de coordinación de vacunación, ya que ella tenía previsto vacunarse junto a los profesionales de la residencia de la Bonanova y que accedió para evitar tener que desechar la dosis». El informe también apunta que ella «no tenía ningún poder de decisión» sobre la vacunación y que informó a su superior, el conseller y presidente del IMAS, Javier de Juan, el mismo al que ahora sustituye. Asimismo apunta que ella en aquellos momentos era directora en funciones de la residencia de la Bonanova y, por consiguiente, debía vacunarse unos días después.
La versión de Alonso es ratificada también por Angélica Miguélez, por aquel entonces subdirectora asistencia de Atención a la Cronicidad del IB-Salut, que dimitió de su puesto en mayo y también era uno de los altos cargos vacunados el 27 de diciembre. Miguélez aseguraba en su declaración ante los técnicos que Sofía Alonso, por su cargo de directora de la Bonanova, entraba en el grupo 1 de vacunación, que el 27 de diciembre se registraron muchas bajas y sobraron 14 dosis que las hubieran tenido que desechar de no inocularlas aquella tarde.
El informe, firmado por un médico de familia y un enfermero, ha sido clave para que Alonso pueda ser consellera
Al respecto de Sofía Alonso, el informe relata que Miguélez incidió en que «cuando se le informó que ella debía ser una de las vacunadas para no desechar las dosis no quería inmunizarse y lo hizo ante la insistencia del equipo coordinador de vacunación para evitar contagiarse al trabajar en una residencia».
Ante estas declaraciones y en vista de los hechos analizados, los dos técnicos apuntan que Alonso entraba en el supuesto del grupo 1 de vacunación, usuarios y trabajadores de geriátricos, y que se hubiera vacunado unos días después en su residencia. Este informe la exculpa de cualquier responsabilidad y ello ha sido clave para que la presidenta del Consell, Catalina Cladera, la pueda nombrar presidenta del IMAS.
Un médico afín al Govern
El informe lo firman dos técnicos, un enfermero que es coordinador de Deontología del COIBA, Pedro Rubén Martín, y un médico de familia. Este último podría considerarse una persona afín al Govern. Se trata de Joan Pou Bordoy, que fue director general de Farmacia con la actual consellera de Salud, Patricia Gómez. Además, Bordoy fue director gerente de Atención Primaria entre 2002 y 2003 durante el primer Govern de Francesc Antich. En la actualidad es director de la zona de salud del Camp Redó.
