Un psicólogo que atendió en varias ocasiones en 2017 al preso que denunció a Rodrigo de Santos ha relatado que el joven aseguró que había sufrido abusos sexuales y estaba "afectado, con culpa, bastante ansioso" y "tenía un miedo muy importante de que su pareja pensara que era homosexual". La Sección 29 de la Audiencia Provincial de Madrid celebró el martes la segunda sesión del juicio al que fuera concejal de Urbanismo del PP en Palma entre 2003 y 2007, Javier Rodrigo de Santos, por presuntas agresiones sexuales bajo coacción a dos presos que disfrutaban de permisos penitenciarios en 2017 en pisos de la Fundación Padre Garralda, en la que era coordinador.

La Fiscalía pide en sus conclusiones provisionales 20 años de prisión para el acusado por delitos de agresión sexual a los dos presos y recuerda que Rodrigo de Santos ya fue condenado en 2010 por un delito de abuso sexual con acceso carnal a menor a cinco años de prisión.

En la sesión de ayer, además del psicólogo del denunciante, han testificado seis personas que trabajaban en el momento de los presuntos abusos en el denominado Proyecto Javier de la ONG, mediante el que se ofrecían pisos a presos cuando salían de permiso, incluido el superior de Rodrigo de Santos, Vicente Zafrilla, que era entonces responsable de todos los proyectos penitenciarios de la Fundación.

También se ha reproducido el testimonio que dieron en la fase de instrucción dos trabajadores y un usuario del proyecto Javier que este martes no han podido comparecer en el juzgado.

Vicente Zafrilla y una parte de los trabajadores han avalado que el procesado pudo tener divergencias con otros empleados y presos, pero nunca supieron de abusos ni otros incidentes, mientras que otra parte ha arremetido contra el mando que ejercía el procesado, relatando que coaccionaba a presos amenazándoles con retirarles el aval de la Fundación y contando irregularidades que presuntamente cometieron él y los jefes que le respaldaban.

En este sentido, un joven que hacía prácticas de Criminología en el programa Javier ha detallado cómo una trabajadora llamada María le llevó hasta su coche y sacó del maletero varios cuadernos de la entidad, que eran oficiales y que reflejaban todas la incidencias de cada turno, le dio una hoja con fechas y le pidió que buscara las hojas correspondientes a esos días y las escaneara.

Le dijo que iba a ser para el coordinador Vicente Zafrilla pero como él ya había visto "cosas raras" comprobó luego que el correo no fue enviado a Zafrilla, sino a Rodrigo de Santos, y además hizo una foto a la hoja que le dio la trabajadora, que luego entregó a la Policía cuando le llamaron a declarar.

Este estudiante tenía una amiga trabajando en el Centro de Inserción Social Victoria Kent, que tenía un acuerdo con la Fundación Padre Garralda para que acogiera a presos que acabó rescindiendo en esa época, quien le contó que había "muchos testimonios" que criticaban el trato que recibían los usuarios del programa Javier.

Este trabajador supo que "habían desaparecido archivos informáticos", como el lunes avanzaron otros empleados y ha recordado este martes la propia presidenta de la Sala, que ha rememorado que una empleada reconoció que se borró una carpeta que supuestamente contenía pornografía infantil.

Por su parte Zafrilla, que ya no está en la Fundación, ha explicado que hizo un informe por encargo de la entonces directora sobre los motivos por los que, genéricamente, el centro Victoria Kent no quería trabajar ya con ellos, y no encontró irregularidades ni supo de abusos, solo que se retiraron algunos avales a presos, como ocurrió con el primer denunciante, porque no cumplían unas normas que eran claras.

Sí ha reconocido que Rodrigo de Santos era "directivo y rígido a la hora de dirigir" y no contaba con el apoyo de parte de su equipo.

Este coordinador y otros trabajadores han relatado que el primer denunciante de los abusos, un joven de origen dominicano, había cambiado su actitud en los meses anteriores a la denuncia contra Rodrigo de Santos, dejando de cumplir algunas normas.