Alumnos y profesores van a tener que seguir su actividad lectiva con abrigos, mantas y bufandas porque la conselleria de Educación considera «prioritaria» una buena ventilación de las aulas para mantener la propagación del coronavirus bajo control. Sin embargo, el departamento que dirige Martí March se comprometió ayer ante los sindicatos a asumir los sobrecostes que puedan derivarse de tener más tiempo encendida la calefacción. Asimismo, ha autorizado a los centros a tenerla en marcha por las noches y los fines de semana si lo consideran conveniente.

«La conselleria ha aceptado una de nuestras principales peticiones, que era incrementar el presupuesto para calefacción porque hay centros que no pueden asumirlo. Además podrán tenerla encendida siempre que quieran. Educación también se ha comprometido a facilitar medidores de CO2 a los cetros que no tienen, pero ha rechazado ayudarles a calibrarlos», valoró Catalina Bibiloni, delegada de prevención de riesgos laborales del STEI Intersindical.

 Las quejas de profesores y alumnos por el frío que soportan en las aulas forzó a Educación a reunir ayer la comisión paritaria de prevención de riesgos laborales del personal docente para tratar de articular alguna solución. «En un estado de pandemia como el que vivimos actualmente, está claro que se tiene que priorizar la prevención de posibles contagios ante el confort térmico ideal. Aplicando las medidas indicadas en las últimas orientaciones es posible conseguir ambientes que, a pesar de no ser tan confortables como en los cursos no pandémicos, permiten un clima razonable», indicó la conselleria en un comunicado.

«Ya se informó a los centros educativos de que en el supuesto de que pudieran tener dificultades económicas derivadas de la necesidad de poner más tiempo la calefacción, la conselleria cubriría el gasto correspondiente», añadió.

En todo caso, admitió la posibilidad de «casos en que las temperaturas sean excepcionalmente bajas» y reiteró su «disposición» a ponerles solución: «Alternar el bienestar térmico con la ventilación no tiene que suponer temperaturas extremas».

El sindicato ANPE, por su parte, consideró que «la administración llega tarde» y puso en duda que «las medidas vayan a ser suficientes para combatir las bajas temperaturas de las aulas». Por este motivo, el sindicato recomendó «a las familias y al profesorado que recuerden a los alumnos llevar ropa térmica estos días de frío intenso, especialmente para los más pequeños al ser los más vulnerables».

Uno de los casos de «temperaturas extremas» lo registró el IES Josep Maria Llompart. En plena ola de frío causada por ‘Filomena’, una docente denunció que estaban dando clase a cinco grados. Es, asimismo, uno de los centros que tenían que dosificar la calefacción para no disparar el gasto.

Más calor en la Conselleria

Por otro lado, algunos docentes han criticado que, mientras ellos tienen que tener ventiladas las aulas, en la conselleria de Educación trabajan con calefacción y todas las ventanas cerradas