Las escasas esperanzas que los comerciantes mallorquines tenían de que durante el día de ayer se reactivaran las ventas, gracias a la incorporación de las grandes empresas a la campaña de rebajas, desaparecieron bajo la lluvia. Según se apuntó desde las patronales del ramo, la presencia de clientes fue mínima y centrada en muchos casos en el cambio de los regalos de Reyes, pese a la cantidad de carteles ofreciendo descuentos de hasta el 50%.

Hay un punto en el que coinciden todos: éstas puede ser las peores rebajas invernales de la historia debido a que el consumo se encuentra en niveles mínimos a causa a la incertidumbre laboral de muchas familias en relación a la posibilidad de recuperar la actividad turística.

La valoración menos negativa procedió de algunas grandes superficies, al señalar la ventaja que les suponía ser instalaciones bajo techo, durante una jornada de lluvia que desincentiva el pasear por la calle. Así, desde El Corte Inglés se indicó que a las 11 de la mañana sus aparcamientos ya estaban llenos, aunque éstos tienen su aforo limitado en un 50%.

A la espera del sábado

Los presidentes de las patronales del comercio tradicional Afedeco y Pimeco, Toni Gayà y Antoni Fuster respectivamente coincidieron en que el resultado de la jornada de ayer fue claramente negativo, aunque con la esperanza de que haya una cierta reactivación durante el que tradicionalmente ha sido el mejor día de rebajas, como es el primer sábado de la campaña, con la ventaja adicional de que las grandes superficies tienen la obligación de permanecer cerradas durante el fin de semana.

En este aspecto, las grandes firmas comerciales reconocieron que la decisión del Govern de prohibir su actividad en sábado y domingo ha supuesto un «duro golpe». Inicio de rebajas con poca clientela.