Un informe técnico realizado a solicitud del Balearic Marine Cluster ha revelado cuestiones que han sorprendido al propio sector náutico de las islas. Sabemos que decenas, tal vez centenares de yates llegan cada año a Mallorca en buques de trasporte, en su mayor parte desde el Caribe y el norte de Europa. También arriban navegando yates desde el sur de Francia, Italia, Malta o UK. Todos suponemos que lo hacen por visitar nuestras maravillosas aguas. Sin embargo, el informe revela que la mayoría lo hacen para varar sus barcos y hacer mantenimiento, revisiones, servicios, reparaciones o mejoras.

La información y sus conclusiones han sido obtenidas tras cientos de encuestas y consultas con capitanes, armadores, empresas de chárter internacional, consultores especializados y fabricantes.

El informe revela concretamente que el 39% de los yates vienen estrictamente para hacer  “mantenimiento”, a lo que se suman un 20% más que vienen por “servicios”. Es decir, casi el 60% vienen por cuestiones ajenas al turismo. Por otra parte, el 29% sí viene en “viaje privado”. El 16% arriban para confluir en “eventos”, normalmente regatas y encuentros y, curiosamente, sólo el 5% de los grandes yates ponen rumbo a las islas por ser éste su itinerario de chárter.

El resultado de la encuesta internacional revela así mismo que: “La isla no está preparada para atender las demandas de reparación de embarcaciones mayores de 60 metros de eslora”. Por cuestiones técnicas, es decir, no tenemos equipos de varada adecuados en su dimensión, no vienen los megayates. Ésta sería la razón por la que otros destinos son elegidos por los megayates para su mantenimiento y reparación, por lo que se nos escapa un enorme trozo de “pastel”, quizás el más suculento.

Según un estudio internacional de mercado, los yates vienen a Mallorca principalmente a reparar, no a hacer turismo. Una vez realizados los trabajos o servicios técnicos, realizan actividades turístico-comerciales por todo el Mediterráneo.

El estudio de la situación del mercado ha servido al sector de la náutica balear para entender mejor la percepción que se tiene desde el exterior y define cuatro puntos fundamentales que deben ser estudiados en profundidad para poder ser competitivos en el futuro inmediato.

Primero: la mayoría de los yates navegan expresamente a Palma para hacer aquí su varada anual. Posteriormente, una vez reparados, ponen rumbo a otros destinos, como la Costa Azul, Córcega, Cerdeña, e incluso Mediterráneo oriental o el Caribe, donde sí hacen turismo.

Segundo: los megayates de más de 60 metros de eslora no pueden venir a Mallorca, salvo para realizar pequeños trabajos a flote, porque aquí no hay elementos adecuados para su varada.

Tercero: El nivel de los trabajos de nuestros astilleros es reconocido en toda Europa como altamente cualificado.

Cuarto: Las tasas, amarres y gastos portuarios son muy elevados. 

En definitiva y como conclusión. De las reparaciones que se hacen en Mallorca en invierno se benefician directamente las empresas del sector, aunque también indirectamente restauradores, hoteleros, colegios privados, seguros sanitarios, comercios o mercados tradicionales, entre otros muchos sectores, sobretodo en invierno, que es cuando se hacen las reparaciones. Por lo que el retorno pecuniario y laboral en la sociedad general es incuestionable. Por poner cifras. En 2019 se generó un negocio directo en la reparación de más de 300 millones de euros, repartidos entre las más de 500 empresas del sector de Baleares, en las que trabajan casi 4000 personas. Todo un tejido industrial basado en la alta calidad del trabajo de las empresas de reparación náutica. Un sector, el de la reparación de grandes yates, en crecimiento progresivo que supone más del 50% del PIB industrial. Además, no es estacional ni depende exclusivamente del turismo.