El Govern balear ha reducido en un 46% la inversión en Cabrera desde que gestiona el Parque Nacional. Asumió las competencias en el año 2009, tras alcanzar un acuerdo con el Estado. Y la transferencia económica anual de Madrid a Balears se fijó en aquel momento en un total de 4.806.000 euros, que era la cantidad media de la inversión estatal realizada en los últimos ejercicios.

«Sin embargo -explica José Romero, director adjunto del Parque Nacional-, ese dinero pasó a engrosar desde entonces el presupuesto global de transferencias del Estado a la Comunidad Autónoma, la caja única, porque no se le quiso otorgar un carácter finalista para que fuera directamente a Cabrera», aclara.

«Desde entonces, la reducción de los presupuestos de ejecución de Cabrera se ha ido agravando, hasta llegar a la paralización casi absoluta de la gestión, aunque posteriormente las aportaciones se fueron recuperando, pero nunca hasta alcanzar mínimamente los presupuestos establecidos en el traspaso de competencias», manifiesta Romero.

Los años peores, según relata, fueron 2013, 2014, 2015 y 2016, cuando el Parque Nacional tuvo que conformarse con 1,5, 1,8 , 1,8 de nuevo y 2 millones de euros, respectivamente.

En 2017 la aportación se recuperó ligeramente hasta alcanzar los 2,5 millones de euros , lejos todavía de los 4 millones de euros de 2011, lo que más cerca se ha llegado con las competencias transferidas a los presupuestos estatales anteriores. Y en 2018, el último ejercicio consignado en memoria pública por la dirección del Parque Nacional, el Govern ejecutó en Cabrera un presupuesto de 2,6 millones de euros, un 46% inferior al del último año con gestión estatal.

Miquel Mir, conseller de Medio Ambiente del Govern, se refirió el viernes 13 de noviembre a esas transferencias económicas que cada año realiza el Estado para el Parque Nacional de Cabrera. Lo hizo tras hacerse pública la sentencia del Tribunal Supremo que resuelve el conflicto sobre la gestión de la ampliación de aguas exteriores aprobada en febrero de 2019, con lo que Balears podrá gestionar finalmente la totalidad del Parque Nacional y sus 90.800 hectáreas.

Mir celebró la decisión del tribunal y calificó la sentencia como una «noticia histórica» . Y anunció, acto seguido, que ya ha solicitado una reunión urgente con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, para resolver la nueva dotación económica y de personal que cree que le corresponde recibir del Estado a la Comunidad Autónoma para gestionar correctamente la parte ampliada.

La nueva transferencia económica anual que solicitará Mir rondará los diez millones de euros, algo más del doble de la actual, que nunca se ha invertido en su totalidad en el Parque Nacional.

Hay más dinero de Cabrera que no repercute directamente en el Parque Nacional. Los ingresos propios que desde 2016 se consignan por autorizaciones de fondeo, buceo y cánones de autorizaciones de transporte colectivo, una cantidad que oscila entre los 403.369 euros de 2016 y los 477.743 de 2018, según consta en las memorias del Parque.

Esos recursos propios van directamente al Institut Balear de la Naturaleza (Ibanat), empresa pública que trabaja en Cabrera y aporta recursos propios al parque, como también lo hace en el resto de áreas protegidas de Balears.

El Plan Rector de Uso y Gestión de Cabrera, su documento de planificación, está caducado desde 2012

Desde que en 2009 la Comunidad Autónoma pasó a gestionar el Parque Nacional de Cabrera los trabajadores se han reducido a la mitad, siguiendo la tendencia de sus presupuestos, pasando de los 50 iniciales a los 25 actuales, con las variaciones temporales en los periodos de mayor actividad e incluyendo los 11 que aporta Ibanat y los cuatro que trabajan en el Centro de Interpretación de Cabrera de la Colònia de Sant Jordi.

La dirección del parque no tiene jerarquía sobre Ibanat, trabaja y planifica cada ejercicio económico sin presupuestos fijos asignados, debiendo preguntar si hay disponibilidad económica para afrontar cada nuevo gasto que se presenta.

Tampoco tienen los trabajadores una sede propia, como cuando eran un organismo autónomo de Parques Nacionales. Trabajan en pasillos y zonas de paso de la Direcció General d’Espais Naturals i Biodiversitat.

La dirección y los trabajadores del Parque Nacional reclaman al Govern ser organizados como un servicio propio, con secciones, negociados, administrativos y, sobre todo, una inversión específica y de carácter finalista, como la mayoría de Parques Nacionales españoles.

El Plan Rector de Uso y Gestión de Cabrera, el principal documento de planificación y regulación del Parque Nacional, que marca líneas de actuación y compromete inversiones con presupuestos, está caducado desde el año 2012.

La mayoría de los vehículos parque móvil se acercan a los veinte años de antigüedad. Y a la flota de embarcaciones se ha incorporado ahora un nuevo buque, mientras que otro barco de los más viejos ha recibido un nuevo motor.

Las claves

  1. LA FINANCIACIÓN: La inversión en el Parque Nacional de Cabrera ha caído en un 46% desde que el Govern asumió en 2009 las competencias de la gestión.
  2. LOS RECURSOS PROPIOS: Toda la recaudación de autorizaciones de fondeo, buceo y cánones de trasporte colectivo no repercute en el Parque. Más de medio millón al año para Ibanat.
  3. LA ORGANIZACIÓN DEL PARQUE: La dirección reclama que el Parque se organice como un servicio propio, con secciones, negociados, administrativos y una inversión específica y finalista.
  4. LOS TRABAJADORES: El número de trabajadores en el Parque Nacional ha caído al mismo ritmo que la inversión, de los 50 iniciales a los 25 actuales, incluyendo los 11 de Ibanat.