La Mesa del Parlament acordó ayer por mayoría, con el respaldo de los miembros del PSIB, Podemos y Més, no exigir a Més la retirada del lazo amarillo del balcón de su grupo parlamentario, en apoyo a Quim Torra tras su inhabilitación, como exigían PP, Cs y Vox, los dos primeros con representantes en la Mesa. En lugar de ordenar la retirada, la Mesa acordó por mayoría elaborar un reglamento, similar a una ley de símbolos propia, que regule la utilización de la fachada de la Cámara balear.

La decisión se adoptó después de que la letrada del Parlament ofreciera a la Mesa un informe oral sobre esta cuestión recomendando la elaboración de un reglamento consensuado a pesar de las reticencias de Més. El portavoz parlamentario de este partido, Miquel Ensenyat, consideró que una normativa así recordaba a «la ley de símbolos de Bauzá» y que «hay cuestiones que no deberían discutirse porque forman parte de la libertad de expresión».

Ensenyat efectuó estas declaraciones tras la Junta de Portavoces. Antes de sus afirmaciones, Antoni Costa, del PP y Patricia Guasp, de Ciudadanos, criticaron la postura de la Mesa, en especial al PSIB. «Es una vergüenza», sostuvo Costa quien arremetió contra el presidente del Parlament, el socialista Vicenç Thomàs, al que acusó de comportarse como «un conseller del Govern en el Parlament» y de no mantener «la neutralidad» de la institución. Guasp, quien pidió el informe oral de la letrada por escrito, también puso a Thomàs en el foco de sus críticas afirmando que «mira más por el Govern que por la institución que preside».

Frente a ellos, Silvia Cano, del PSIB, defendió el acuerdo que permitirá en el futuro no actuar con «arbitrariedad» a través de unas «pautas» consensuadas. «La Mesa siempre decide en base a criterios de objetividad y jurídicos, de acuerdo con los juristas», zanjó Cano.