Un sector que agrupa a unos 1.500 trabajadores se va a encontrar durante este invierno con solo unos 50 en activo. El transporte discrecional (turístico) registra habitualmente una fuerte estacionalidad, pero desde el sector se pone de relieve que durante este invierno, debido al impacto del coronavirus, la actividad de las empresas de este sector se va a limitar al transporte escolar, al haberse suspendido incluso los viajes del Imserso. El efecto, en el corto plazo, es que un tercio de la actual flota de autocares va a tener que desaparecer, según destaca el presidente de la federación empresarial que agrupa a este colectivo, Rafael Roig. Y si en algo coinciden patronal y sindicatos es que este sector está abocado a una fuerte reconversión, con el correspondiente recorte de plantillas.
Tanto Roig como el secretario general de la federación de transportes de CCOO, Josep Ginard, coinciden en el primer diagnóstico: el transporte discrecional de las islas está herido. Y el problema no nace con la pandemia, aunque ésta lo ha agravado, sino que surge del cambio de hábitos en el turismo, con un creciente número de personas que llegan a las islas sin paquetes de turoperadores y con un descenso en la contratación de excursiones, lo que hace que la clientela del sector evolucione a la baja, mientras crecen otras modalidades como las de vehículos de alquiler con conductor (VTC).
El problema es que la crisis de la covid-19 ha sido la puntilla de este año, con una paralización casi total de la actividad de estas empresas. Y con la estimación de que la recuperación completa en los flujos turísticos, aunque se encuentre una vacuna, no va a llegar ni en 2021 ni en 2022, según señala el presidente de la citada federación empresarial.
Lo que está sucediendo este año es que las empresas no tienen actividad para sus fijos discontinuos, que forman la inmensa mayoría de sus plantillas. E incluso tienen problemas para hacerlo con los pocos fijos de que disponen, según señala Josep Ginard, que señala el caso de la mayor empresa del sector, Transunión, que ha ofrecido a sus pocos empleados estables convertirse en fijos discontinuos con la correspondiente compensación económica.
En este sentido, Roig lamenta que el Gobierno central haya suspendido los viajes para la tercera edad del Imserso, que permitían mantener activos a unos 150 conductores en unos 90 autocares.
Pero la completa paralización turística va a provocar que de los alrededor de 1.500 trabajadores de este sector, durante los próximos meses solo unos 50 van a poder seguir en activo gracias a los contratos para realizar transporte escolar. Para el resto, lo que se espera es que a partir del próximo mes, y al menos hasta el cierre del año, pueda cobrar una prestación extraordinaria por desempleo, tal y como solicitaron recientemente al Ejecutivo estatal desde el Govern, las patronales y los sindicatos.
Reconversión pendiente
Ante esta situación, tanto el representante empresarial como el sindical admiten que el transporte discrecional tiene por delante una dura reconversión para adaptarse a los cambios que se están dando en el sector turístico.
Rafael Roig prevé que estas empresas van a tener que desprenderse de un 30% de su flota, lo que equivale a más de 300 vehículos, en lo que califica como el «invierno más largo». Y eso conlleva una reducción de las plantillas.
En este punto el acuerdo aparece más distante. Ginard reconoce la necesidad de ese ajuste, pero exige que no sea traumático, trasladando a una parte de los conductores del discrecional a los vehículos de alquiler con conductor, y al resto por la vía de bajas incentivadas y prejubilaciones especiales, ya que sobre estas últimas recuerda que los fijos discontinuos presentan menos años de cotización.
