Balears puede contrarrestar su deshonrosa posición en la clasificación europea por colores pandémicos, sin más que esgrimir los extraños resultados sobre el avance de la covid que emite a diario el ministerio de Sanidad. La situación fue especialmente caótica durante la primera semana de septiembre, cuando la asignación por comunidades tabulaba hasta cuatro ceros consecutivos en la categoría de “Casos diagnosticados el día previo”.

El uno de septiembre, Balears aportaba “0” casos a la contabilidad nacional. Este desajuste podría atribuirse a un retraso en la transmisión de los datos, pero adquiere un matiz preocupante cuando el dos de septiembre aparece un segundo “0” en el casillero correspondiente. La insistencia en los “ceros” se propaga al jueves tres y al viernes cuatro, en una exhibición del comportamiento dislocado que la Comisión Europea pretende evitar.

Durante cuatro días en que las autoridades sanitarias baleares efectuaban un recuento pormenorizado de hasta 854 contagios, el ministerio respondía declarando a la comunidad como zona libre estadísticamente de coronavirus. El error evidente sería más tolerable si se repitiera con cierta frecuencia en otras autonomías. Por supuesto, Balears es la única que experimenta este comportamiento caprichoso.

La inconsistencia del ministerio se agrava porque Mallorca ha descubierto este verano que la repercusión de los datos epidemiológicos se mide en millones de turistas británicos o alemanes, y en miles de millones de euros. En este apartado, los viajeros mallorquines ya sufren las restricciones viajeras especificadas por la Comisión Europea, aunque se verán multiplicadas si se implanta la propuesta auspiciada desde Bruselas. Con todo, la emisión de viajeros es una actividad circunstancial respecto a la recepción. En este apartado, el color rojo que las instituciones continentales revisarán semanalmente es la peor campaña de promoción imaginable.

Desde una perspectiva optimista, las duras medidas que pretende imponer la Comisión con su “aproximación compartida” evitan los bloqueos radicales. Esta tentación surge ante resultados de pandemia desbocada como la vigente en Mallorca, “una zona de alto riesgo” según la UE.