Un antiguo empleado del empresario Bartolomé Cursarch ha denunciado haber sufrido una agresión con ácido el pasado jueves de madrugada en el garaje de su vivienda en Palma. Dos hombres lo abordaron y le arrojaron un líquido abrasivo, sufriendo quemaduras en el abdomen por las que fue atendido en un hospital. La víctima vincula este ataque con las revelaciones que hizo en su día a la Policía sobre las irregularidades del magnate y sostiene que llegaron a ofrecerle 300.000 euros por desdecirse de sus acusaciones y marcharse de España.

El hombre relata en su denuncia, presentada ayer en el juzgado de guardia de Palma, que trabajó como subdirector en la discoteca Megapark, propiedad de Cursach. En abril de 2018 compareció en el grupo de Blanqueo de la Policía, que investigaba al empresario, para relatar las irregularidades contables en el establecimiento.

Siempre según el denunciante, esa misma semana contactó con él un hombre de confianza de Cursach para reunirse con él. Durante el encuentro, le ofreció 300.000 euros a cambio de no ratificar la denuncia en el juzgado y decir que sus acusaciones eran fruto de las presiones de la Policía, el juez y el fiscal del caso. El hombre rechazó esta oferta, tras lo que empezó a sufrir amenazas, agresiones y vigilancias.

El último de estos ataques se produjo el pasado jueves. Hacia la una de la madrugada, dos hombres abordaron al denunciante en las escaleras del garaje de su finca. Lo empujaron contra una pared y le arrojaron un líquido abrasivo hacia la cara. Según su declaración, no llegó a caerle en el rostro porque salió corriendo, pero sí lograron alcanzarle en el abdomen. Sufrió quemaduras y fue atendido en el hospital Son Espases. El hombre ha aportado partes médicos sobre las lesiones sufridas.

El perjudicado vincula este ataque con las revelaciones que hizo sobre las irregularidades en el grupo Cursach. Según refiere en la denuncia, él mismo presenció en Megapark cómo se daba un trato de favor a agentes de la Policía Local de Palma, políticos y funcionarios del Ayuntamiento. Según dice, se les facilitaba alcohol, drogas y servicios sexuales en una zona reservada de la última planta del establecimiento. Estas prácticas se extendían también a la discoteca Tito's, donde las mismas personas recibían estos favores.

El hombre asegura que está atemorizado y tiene miedo tanto por su integridad física como por la de su madre, con quien convive, según refiere en la denuncia presentada ayer.