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Lletra menuda

La incógnita de las consecuencias

Es como si nos hubiéramos sometido todos a una analítica colectiva y ahora quedáramos a la espera de los resultados. Había ganas de salir...

Es como si nos hubiéramos sometido todos a una analítica colectiva y ahora quedáramos a la espera de los resultados. Había ganas de salir y la gente lo hizo. Salió a la calle para recomponer la vida laboral y social, ocupó las terrazas disponibles, se adentró con cierta timidez y abundante control en las tiendas y recuperó la conversación. Pero las palabras son otras y la realidad muy diferente cuando viene filtrada con mascarilla.

Abrió quien pudo, es decir, quien percibió una mínima posibilidad, ya no de negocio, sino de estabilidad comercial. Manacor intentó entrar por el portal mayor en la fase uno de la desescalada aprovechando la puerta del mercado semanal del lunes. Había gente, viento y sol en sa Bassa, pero también, con suerte desigual, en la mayoría de plazas de los pueblos que este año no tendrán cicloturistas. Mandaba el espacio disponible.

Las esperanzas están puestas en el hecho de que la salida de los niños no haya provocado rebrotes de contagio. Pero este es un espejo relativo porque los adultos son otra cosa, no siempre tienen un tutor que les llame al orden y falta práctica de crisis como la actual para hacer casar bien su libertad con la responsabilidad. En dos semanas sabremos el resultado de la analítica que nos estamos haciendo entre todos.

Govern y Pimeco hacen una valoración positiva del levantamiento de barreras de ayer. Que el 80% de los comercios de Palma se decidiera a abrir es un primer paso, una expresión más de las claras ansias de normalidad. Habrá que esperar unos días para ver si los comportamientos conducen al camino deseado o si la euforia contenida del primer día de menor restricción se pagará a un precio no deseado.

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