Precipitación, una decisión difícil de tomar, una postura peligrosa y hasta que no debe haber ni un problema porque el coronavirus empieza a estar controlado. Al menos en Mallorca. Las cuatro fases aplicadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para alcanzar la denominada "nueva normalidad" que debe finalizar el 25 de junio, crea muchas dudas entre los médicos consultados por este diario. Y advierten de los "peligros" a los que se expone a la población con una desescalada rápida. Sobre todo se teme a los rebrotes, que pueden echar por tierra todo el trabajo realizado hasta el momento. Pasar de una fase a otra sin conocer los resultados de la anterior se ve como un riesgo que podría evitarse. Pero hay unanimidad en apelar a la "responsabilidad" de la población para que las cuatro fases se cierren con éxito.

Antònia Fuster, neumóloga del Hospital Son Llàtzer, considera "un poco precipitado" la desescalada puesta en práctica por el Gobierno, que se aplicará en cuatro fases. "Por la experiencia clínica, se podría empezar en junio. La fase 0 y 1 llegan demasiado pronto". "Por provincias a lo mejor está bien aplicada en Balears, porque el índice de casos ha sido menor que en otras comunidades, pero creo que, por ejemplo, en Madrid, llega muy pronto", afirma.

La principal preocupación de la doctora Fuster es que se produzca un rebrote del coronavirus. "Una persona que se infecta, puede contagiar, y el problema es que no se pueden hacer test a toda la población. Sería muy duro porque todo lo que hemos conseguido hasta ahora no serviría para nada. Los neumólogos de Madrid están en estado de shock porque todo ha sido muy brusco", concluye.

Jordi Reina, jefe de Virología de Son Espases, es el más optimista de todos los médicos consultados. Considera "difícil" decir si la desescalada llega en el momento adecuado. "Entiendo que tienen una gran presión política y social para iniciar la actividad económica. Yo entiendo que la sanitaria está bastante superada y controlada".

El doctor Reina, que se ha convertido en mediático en estos tiempos de coronavirus, es optimista porque "todo lo que se ha hecho en los últimos quince días no ha tenido ningún impacto negativo. Tenemos en Balears ocho o diez casos al día, y va claramente a la baja", se congratula. "El que hace quince días tenía un virus y no se ha dado cuenta, ya ha desaparecido", añade.

No cree que haya rebrotes ahora "porque hemos puesto todas las medidas". "Si es un virus respiratorio no debería volver a aparecer hasta octubre o noviembre, y con menos virulencia. Considero que hemos ganado la guerra. Los casos de ahora no son tan graves como los de hace un mes. Al primer caso que se produzca en octubre ya sabemos cómo actuar", afirma Reina, que ve muy cerca "una normalidad anormal", que no será absolutamente normal "hasta que no se encuentre una vacuna" que los expertos calculan que puede producirse no antes de un año.

Por su parte, Jordi Serra, investigador del Institut de Recerca de la Biodiversitat de Barcelona, ve peligrosa la desescalada incluso dentro de una misma provincia. "No es lo mismo vivir en Palma, comenta este epidemiólogo catalán que tuvo que dejar la isla tras la crisis de 2008. Entre fase y fase han de transcurrir quince días. Serra, que admite que no se ha mirado a fondo todo el proceso de desescalada que debe culminar el 25 de junio, asegura que "para la incubación y la aparición de síntomas se necesita un tiempo, por lo que hay que ser muy prudente a la hora de dar pasos de los que a lo mejor nos arrepentimos", concluye.

El microbiólogo del Hospital Comarcal de Manacor, Xavier Mesquida, cree que en las islas "estamos preparados para empezar el desconfinamiento. No existe la seguridad absoluta de que pase algo, pero estamos en condiciones de probarlo". Para Mesquida, "hay que saber dar dos pasos atrás si detectamos que algo no va bien", y apela a la "responsabilidad" de la población para que las fases se cierren con éxito.