Los ladrones entraron el pasado fin de semana en el centro de día del ayuntamiento de Santa Margalida y se llevaron toda la comida que pudieron de la despensa del centro de día, además de varios electrodomésticos, dejando a la institución local sin muchas de las provisiones alimentarias que había acumulado para hacer frente a la demanda del comedor social y del servicio de comida a domicilio, un género que ahora había adquirido más valor desde la puesta en marcha del confinamiento obligado por la alarma sanitaria.

El Ayuntamiento, que ha interpuesto la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil, calcula que los ladrones robaron material por valor de unos 8.000 euros entre comida y electrodomésticos. A pesar del varapalo que el robo supone para el Ayuntamiento y para los usuarios del centro de día, los responsables municipales aseguran que la situación hubiera sido mucho peor si los ladrones hubiesen logrado acceder al banco de alimentos.

La regidora de Servicios Sociales del ayuntamiento margalidà, Joana Llull, explica que el último sábado hubo servicio en el comedor del centro de día, por lo que "entre el sábado por la noche y el domingo" unos desconocidos entraron en la despensa municipal y se llevaron toda la comida que había en este espacio de almacenamiento, adquirida por el Ayuntamiento para los usuarios del centro de día. Los ladrones vaciaron completamente el contenido de tres grandes cámaras congeladoras, una gran cantidad de comida entre carne y pescado, además de otros alimentos perecederos que se almacenaban en las estanterías de la despensa como patatas, frutas, verdura o azúcar, entre otros artículos.

Entre el género alimentario sustraído figuraban unas 160 panades que los encargados del centro habían elaborado con la idea de distribuirlas entre los usuarios durante la próxima Semana Santa.

Los ladrones también se llevaron tres lavadoras y otras tantas secadoras que los trabajadores del centro de día utilizan para lavar la ropa de los usuarios del servicio municipal. Estos electrodomésticos están valorados en unos 3.200 euros. En total, el Ayuntamiento calcula que el valor aproximado del género robado ronda los 8.000 euros después de haber revisado todas las facturas correspondientes al mes de febrero.

La regidora Joana Llull explica que, a raíz del suceso que se está investigando, el departamento de Servicios Sociales tratará de comprar la comida de forma más escalonada con el objetivo de "no acumular" mucho género y evitar de esta forma que vuelva a sustraerse. "No lo compraremos todo de golpe, iremos más en función del día a día", señala.