Las alegrías van por barrios, y ayer éstas recorrieron especialmente las de los constructores y colegios profesionales, frente al pesimismo de la patronal de promotores inmobiliarios. Para la plataforma de afectados por las hipotecas, el problema radica en que siendo buenas, muchas llega tarde.

Tras la reunión de la mesa de la vivienda de Balears, de la que forman parte las organizaciones antes señaladas además de otras como Cáritas ARCA o GOB, el balance más negativo ante las 25 medidas presentadas fue el de los promotores inmobiliarios. Su vicepresidente Oscar Carreras (que también lo es en la asociación de constructores), lamentó que las iniciativas que se han impulsado afectan básicamente a la vivienda pública y protegida, pero no a la que se pone en marcha desde el sector privado, que es mayoritaria, lo que hace difícil que ésta pueda abaratar su precio. Como ejemplo, apuntó que no se van a autorizar edificios más altos y pisos más pequeños en estas últimas promociones, pese a ser los que ahora tienen más demanda. El aspecto más positivo es que al permitir que los colegios profesionales colaboren con los Ayuntamientos, las demoras para conseguir licencias pueden acortarse.

Por contra, el propio Carreras reconoció que mayor satisfacción se ha generado entre las empresas constructoras, debido al impulso que se va a dar a la edificación de vivienda protegida y pública para alquiler, especialmente en un momento en el que la inversión hotelera se reduce.

Por su parte, el presidente del Colegio de Aparejadores de Mallorca, Daniel Tur, expresó el deseo de este colectivo de colaborar con los Ayuntamientos para agilizar la tramitación de licencias, al lamentar que ahora la espera media es de unos 18 meses, con fuertes retrasos no solo para las nuevas edificaciones, sino incluso para las reformas. Además, puso en valor que se abran nuevos caminos para la colaboración publico-privada en esta materia.

Por su parte, el portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas de Mallorca, Victor Cornell, coincidió en que se han impulsado medidas positivas, pero lamentó que muchas llegan demasiado tarde, dado que la banca se ha desprendido ya de buena parte de su parque de viviendas para cederlas a fondos de inversión.