"Trasladamos la UCI pediátrica o neonatal de Son Espases, explica Kay Boris Brandstrup, pediatra de formación especializado en cuidados intensivos, que coordina la Unidad de Transporte Pediátrico Balear (UTPB) desde su creación en noviembre de 2004, hace ahora justo quince años.

Esta unidad ha cobrado notoriedad esta misma semana al realizar el pasado jueves el segundo transporte pediátrico aéreo de un paciente conectado a una Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés) que se ha realizado en este país. Y los dos han sido realizados por los especialistas baleares, referencia a nivel nacional en este tipo de operativos asistenciales.

Coordinados con el Servicio de Ambulancias Médicas Urgentes (SAMU) del 061, la UTPB cuenta con dos aviones, uno basado en Menorca y otro en Palma, y un helicóptero, en Eivissa, para realizar los traslados interislas.

Recientemente, el pasado mes de octubre, se les ha dotado de su primera ambulancia ya preparada, decorada y acondicionada para trasladar a sus pacientes menudos. Con ella se evitarán tener que "preparar" una UVI móvil del 061 para un transporte terrestre urgente.

"Si nos requieren en Menorca, lo normal es que preparemos el avión de Palma y acudamos a buscar al paciente para traerlo a PalmaSon EspasesPalmaSon Espases, explica el coordinador.

Llevar UCI a otros hospitales

De lo que se trata es de trasladar las UCI de referencia de Son Espases (neonatal y pediátrica), a pequeña escala, a otros hospitales que carecen de esa alta tecnología, reitera Brandstrup.

Todo depende del recurso móvil que acuda a Son Espases a recoger tanto al equipo humano que actuará como al aparataje que se precise, pero el protocolo marca que el dispositivo debe estar activado y listo para partir en menos de 30 minutos.

Pese a la urgencia, los traslados se hacen de manera muy cuidadosa. "Con mimo", subraya el responsable de la UTPB. "Después de estabilizarlo (al paciente) dentro del hospital que nos ha llamado, procedemos a trasladarlo. Si es por carretera, evitamos los volantazos y los movimientos bruscos de la ambulancia. Si es vía aérea, sorteamos las turbulencias. Yo siempre les digo lo mismo (a los miembros de su equipo): Hay que ir sin prisas pero sin pausas". Pese a esa cuidadosidad, el pediatra admite que sus pacientes son "como ferraris recién salidos de fábrica. Aguantan unas situaciones (doscientas pulsaciones por minuto, pone como ejemplo) que un adulto no soportaría conscientemente". Por eso, humanizan su actividad e interactúan con ellos. "Hemos incorporado una tablet, revela.

Brandstrup también admite que realizan traslados a hospitales de la península para que sean atendidos de patologías o con maquinaria de la que Son Espases todavía carece. "Trasladamos a niños para que sean conectados a una Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés), para que sean sometidos a un trasplante cardiaco o a grandes quemados", acota el coordinador añadiendo que centros sanitarios de Barcelona, Madrid o Valencia son sus destinos más frecuentes.

Y esta ECMO le da pie al coordinador para hablar del traslado realizado esta misma semana así como del primero realizado por vía aérea de un paciente pediátrico conectado a esta máquina que, curiosamente, también realizó la unidad balear hace ahora casi año y medio.

"Fue el más largo realizado hasta el momento por nuestra unidad y se prolongó durante 32 horas hasta que el equipo regresó de nuevo a Son Espases", detalla Brandstrup sobre este primer traslado ECMO realizado en todo el país.

"Ocurrió en julio de 2018 y había que trasladar a un lactante con una neumonía grave. Necesitábamos una ECMO y como aquí no tenemos para pacientes pediátricos, nos trajeron una del hospital Doce de Octubre de Madrid. Esta máquina suple transitoriamente al corazón y al pulmón. Saca la sangre del organismo, la oxigena y la vuelve a introducir consiguiendo que ambos órganos no trabajen tanto. Para el traslado tuvo que venir además un avión militar para llevarlo al Doce de Octubre porque en Son Espases no era posible manejar respiratoriamente al paciente", subraya.

"El traslado se prolongó durante 32 horas aunque afortunadamente todo salió bien. El niño superó una neumonía grave y hoy está perfectamente", se congratula el coordinador. El de este pasado jueves no fue tan largo.

A última hora del miércoles, un paciente de 9 meses ingresado en la UCI pediátrica de Son Espases empeoró de su cuadro cardiaco y esto repercutió en su función respiratoria. "Sobre las diez de la noche sospechamos que habría que trasladarlo y que sería necesaria una ECMO. Y nos movilizamos. Mandamos nuestro avión medicalizado a Barcelona para que recogiera la máquina y a un equipo formado por dos intensivistas pediátricos, una enfermera de esta misma especialidad y dos cirujanos cardiacos cuya función era colocar las cánulas que conectan al paciente a la ECMO", detalla el operativo.

Este avión llegó a Palma sobre las tres de la madrugada del jueves. Paralelamente, se había solicitado un avión militar al SAR de Madrid que llegó a la isla unas tres horas más tarde. "Sobre las nueve de la mañana (del jueves) partimos todos hacia Barcelona. Éramos unas veinte personas en total", revela Boris aclarando por qué, para estos traslados, hay que pedir la colaboración del Ejército: para el personal y el voluminoso aparataje no basta con un avión medicalizado común. "Por eso estos operativos solo son posibles en la sanidad pública y con la colaboración de otros actores del Estado", resalta.

Fuera de estos operativos tan mediáticos, el día a día de esta unidad -formada por cinco pediatras, siete enfermeras, tres de ellas de UCI y el resto del 061, como los técnicos sanitarios que participan en ella- pasa por estar en las UCI y realizar los traslados intrahospitalarios por los largos pasillos de Son Espases para que a un niño en estado crítico le hagan una prueba diagnóstica.

"Requiere un grado de especialización muy alto. No hay más de 40 pediatras en toda España que puedan hacer estas tareas", lamenta Brandstrup, que revela que quizá por ello los pediatras residentes que quieren venir a formarse con una rotación de dos meses precisan hacerlo con dos años de antelación, tal es la demanda y la fama cosechada por la unidad balear.

"¿Cuáles son las claves de nuestro éxito? El trabajo en equipo, la anticipación a los problemas que pueden surgir en un medio hostil como puede ser una ambulancia o un avión y la optimización de nuestros recursos", concluye el coordinador de una unidad que destaca por su humanidad y que permite que uno de los progenitores acompañe a su hijo en el avión "siempre que las condiciones clínicas lo permitan".

Vehículo exclusivo

A mediados de octubre, la UTPB recibió una ambulancia para su uso exclusivo. Diseñada para el transporte pediátrico, las adaptaciones que se deben hacer son mínimas, nada que ver con cuando debían acondicionar una UVI móvil del 061. Decorada con motivos que suavicen difíciles experiencias a los más pequeños, este vehículo acortará los tiempos de respuesta de la unidad aunque su coordinador matiza que aún la están evaluando y elaborando protocolos de actuación.

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