"La empresa nos ha comunicado esta mañana, en torno a las 11.30, que a la una de la pasada madrugada había entregado los papeles en el juzgado para declararse en concurso de acreedores. ¿Qué si cobraremos la nómina de este mes. Ahora se debe designar un administrador concursal que decida qué hacer".

Una trabajadora de Thomas Cook en Palma resumía así la situación en la que se encontraba el turoperador británico, cuyo desplome amenaza con hacer tambalearse toda la economía de esta comunidad autónoma.

Paralelamente, cerca de trescientos empleados participaron ayer en una asamblea general celebrada en la sede de la compañía en el polígono de Son Valentí.

En ella, tal y cómo explicó Josep Ginard, secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO, uno de los sindicatos que están asesorando a los trabajadores sobre cómo actuar ante esta situación, se informó a los empleados de que ante un despido colectivo en una compañía que carece de comité de empresa, la ley establece que puedan elegir asambleriamente a trece delegados que les representen.

"Hoy hemos hablado del asunto y hasta el próximo viernes se podrán presentar las candidaturas, que se votarán ese mismo día", puntualizó Ginard.

Sobre el panorama que se abre ahora tras la presentación del concurso y siempre hablando de forma hipotética porque el delegado no tenía la certeza del inicio del proceso sino tan solo del preaviso tramitado por la empresa el miércoles, Ginard no quiso hablar de plazos toda vez que, remarcó, todo dependerá del volumen de trabajo del juzgado de lo mercantil en el que haya recaído.

"El juzgado debe nombrar a un administrador concursal que, a su vez, debe tomar el control de la empresa y valorar su problemática real, sobre su liquidez, su volumen de negocio... Desde luego que cuando esté al frente no se puede mover ni un euro sin su autorización", explicó gráficamente.

En función de lo que se encuentre, este administrador decidirá si se presenta un expediente de regulación de empleo (ERE) total o parcial. "Y aquí ya entra la legislación laboral y la actuación sindical para preservar los derechos de los trabajadores", diferenció el secretario general de Comisiones Obreras.

El líder sindical señalaba de esta manera que el administrador podría en el mejor de los casos decidir mantener una parte de la actividad de la empresa y, con ella, a parte de la plantilla para que la lleve a cabo. O que algunos departamentos continúen trabajando un tiempo más para afrontar pagos diferidos, por ejemplo.

Viabilidad legal de las ayudas

Ginard informó también de que ayer mantuvieron una reunión con el Govern para ver la viabilidad legal de establecer ayudas a los trabajadores "que no puedan afrontar el pago de sus alquileres, hipotecas o facturas" y para evaluar con cifras reales las repercusiones que esta quiebra puede tener sobre la economía balear.

"Entre los 700 empleados de Thomas Cook y los de los hoteles que gestionaba directamente el turoperador estaremos hablando de unos dos mil empleos directos. Ahora hay que evaluar las repercusiones de la quiebra en las empresas participadas, las agencias de viajes, las de transportes y las de distribución que servían al grupo británico. Será un golpe de tamaño descomunal", anticipó.

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