La acusación particular en nombre de varias mujeres del Este que se prostituyeron en s'Arenal, entre 2008 y 2014, ha calificado al empresario Miguel Pascual Bibiloni, de 72 años, de "mandamás" de dos clubes de alterne. "El era el dueño de los locales, se aprovechaba de la necesidad de las chicas, que no tenían permiso de residencia en España y necesitaban de ese trabajo para sobrevivir. Él les obligaba a mantener relaciones sexuales con él y si accedían les dejaba bailar, con lo que cobraban 35 euros más al día y si no querían las marginaba y no les dejaba bailar", ha argumentado Jaume Bueno, letrado de la acusación.

Bueno ha mantenido su petición de 28 años de cárcel para el empresario a pesar de que dos de las mujeres, testigos protegidas, se negaron en la primera sesión del juicio a mantener su versión acusatoria contra Bibiloni.

Por su parte, la fiscal Mercedes Carrascón ha mantenido sus acusaciones de dos delitos de abusos sexuales, otros dos de acoso sexual y un quinto relativo a la prostitución, pero ha retirado un cargo de agresión sexual.

La defensa, ejercida por Eduardo Valdivia, ha pedido la libre absolución y ha resaltado que no hay ninguna sola prueba de los delitos que se le imputan a su cliente. El juicio ha demostrado que no habia malos tratos y que las mujeres estaban allí de manera voluntaria y sin coacciones, ha resumido el abogado.