El santuario de Lluc se prepara estos días para un acontecimiento histórico que culminará el próximo domingo, jornada de la Diada de Lluc, que coincide con la XL edición de la Pujada a peu de la Part Forana. La Congregación de los Missioners dels Sagrats Cors, conocidos coloquialmente como los 'coritos', formalizarán ese día su marcha definitiva del santuario que han gestionado durante los últimos 128 años. El motivo es la falta de vocaciones para relevar a los seis misioneros que quedan actualmente, de los que solo tres están en activo.

A partir de ahora, el emblemático centro espiritual ubicado en el corazón de la Serra de Tramuntana será administrado directamente por la Diócesis de Mallorca con el objetivo de dar continuidad a la labor realizada por los 'coritos' desde el ya lejano año 1891, cuando asumieron el control del santuario.

Ayer a mediodía, solo el trasiego de operarios ultimando los preparativos de la Diada, cuya Eucaristía presidida por el obispo Sebastià Taltavull se celebrará en el Acolliment, evidenciaba la proximidad del evento especial.

En la terraza del restaurante ubicado en el edificio principal del santuario, el actual prior de Lluc, el pare Ricard Janer, y su sucesor, el vicario episcopal Marià Gastalver, actual rector de la parroquia de Sóller, entre otras, hablaban sobre los últimos detalles del relevo en la administración del complejo religioso.

"El traspaso durará meses"

"Se formalizará la dimisión de uno (Ricard Janer) y el nombramiento de otro (Marià Gastalver)", explica el actual prior del santuario, que opina que el traspaso "durará meses" debido a la cantidad de aspectos que los nuevos administradores deberán tener en cuenta para gestionar el complejo. "En principio, el padre Antoni Fernández y yo mismo nos quedaremos una temporada larga, hasta Navidad, para ayudar, porque todavía hay mucha gente y los nuevos administradores deben conocer dónde están las cosas", añade el prior Ricard Janer.

Por su parte, el futuro prior, Marià Gastalver, confirma que estará acompañado en la administración del santuario por el sacerdote Antoni Burguera y el diácono Toni Moreno, que trabajarán codo con codo con los dos últimos misioneros que permanecerán en Lluc una temporada para ayudar en el relevo. "Seremos una comunidad mixta", subraya.

Los nuevos encargados espirituales del santuario de la Serra tienen claro que su gestión será "continuista". "Es lo más prudente, hay que aprender a conocer las cosas del santuario", apunta el futuro prior. Gastalver añade que "la idea es seguir la tarea iniciada por los misioneros dels Sagrats Cors hace 128 años, aunque intentaremos imprimir más intensidad a nivel espiritual".

Por supuesto, la Escolania y los emblemáticos Blavets continuarán su labor en el santuario. Los nuevos administradores tienen la voluntad de potenciarlos.

"La continuidad es muy importante, estos 128 años de presencia de los misioneros se han caracterizado por la estabilidad, porque antes de su llegada, cuando estaba la Colegiata, había más broncas", señala el pare Janer, que apura sus últimos días como prior del santuario e intenta quitar hierro al relevo: "Nosotros no nos llevaremos la Mare de Déu y la relación con los Blavets quedará intacta". La cuenta atrás se ha iniciado.

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