Catalina Cladera quiere gobernar con tranquilidad los próximos cuatro años en el Consell de Mallorca. Por ello, la presidenta no dudó ayer en lanzar guiños a El Pi. Quiere garantizarse la estabilidad en los plenos de la institución insular en el caso de que surja algún conflicto con sus socios de Més o Podemos. En el pleno celebrado ayer se evidenció uno de estos guiños al hacer caso omiso a las exigencias de Vox y Ciudadanos a la hora de repartir los escaños del pleno. Al final Cladera colocó a los regionalistas donde querían y naranjas y el partido de extrema derecha tuvieron que conformase en sentarse donde les dijeron.

Hay que recordar que El Pi se abstuvo en la investidura de Cladera como presidenta y ayer la socialista les devolvió el favor. En la entrevista concedida a este diario, la presidenta del Consell ya dejaba caer sus intenciones de tener a los regionalistas como aliados: "Por mi parte, también hubiéramos podido pactar con El Pi", aseguraba Cladera a este periódico el pasado domingo.

En el pleno de ayer, Ciudadanos, con el apoyo de Vox, exigía los primero escaños del banco de arriba al entender que eran la formación de la oposición más votada detrás del PP. Sin embargo, cuando llegaron al pleno ya se encontraban distribuidos y en los primeros puestos estaban los tres consellers de El Pi, el mismo lugar donde se sentaron la pasada legislatura. "Ni nos han informado de donde teníamos que sentarnos y al final solo han escuchado y aceptado la propuesta de El Pi", criticó la portavoz naranja Beatriz Camiña.

Catalina Cladera tiene la ventaja de que incluso puede prescindir de Podemos y con El Pi que lidera Xisca Mora consigue mayoría absoluta. En caso de desencuentros durante la legislatura, como ocurrió con el tema de las carreteras durante el anterior mandato, donde los morados se desmarcaron en alguna ocasión dejando al Pacto en minoría, la presidenta quiere tener garantías de poder echar mano de los tres votos de El Pi para sacar adelante de los temas de calado.

Disputa por las dedicaciones

Por otra parte, en el pleno de ayer tuvo lugar una monumental disputa entre los partidos de la oposición para repartirse las dedicaciones exclusivas. El PP y Ciudadanos acordaron que los populares cederían media dedicación parcial a los naranjas, pero durante el debate se enzarzaron en disputas sobre las negociaciones que implicaron a El Pi en este reparto.

Beatriz Camiña, portavoz de Ciudadanos, y Llorenç Galmés (PP) sacaron a relucir que la portavoz de El Pi, Xisca Mora, les había reclamado una parte del pastel de las dedicaciones exclusivas. Mora lo negó de forma rotunda y acusó a los naranjas y populares de tener un pacto secreto. Cladera recordó a PP y Ciudadanos la penosa imagen que estaban dando por la disputa de sillas. Al final se repartieron cuatro dedicaciones exclusivas para el PP, 2,5 para Cs, dos para El Pi y dos para Vox.

El portavoz del PP, Llorenç Galmés, criticó que se doble el coste de los altos cargos y asesores con respecto a la legislatura que gobernaron los populares entre 2011 y 2015. Galmés indicó que se ha pasado de 1,5 a tres millones de euros. Cladera le pidió que "deje de hacer demagogia, ya que el Consell presidido por María Salom paró máquinas y nosotros queremos hacer un gobierno insular fuerte". La presidenta explicó que se aumenta una conselleria más y el incremento del coste es de unos 300.000 euros con respecto a la pasada legislatura.

En el pleno de ayer también se aprobó el incremento del sueldo en un 5% a los asesores y cargos de confianza, que cobrarán una media anual de 2.500 euros más. De igual modo, tomó posesión la consellera de Més Liniu Siquier en sustitución de Vicenç Vidal, nuevo senador autonómico.