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Los alumnos y profesores inmersos en el proyecto Bitácora.GSD Cooperativa

Medio ambiente

Cuaderno de bitácora, día 4: Estamos en aguas mallorquinas

El proyecto Bitácora lleva a diez alumnos madrileños a los parques de Cabrera y Sa Dragonera

Un grupo de diez alumnos madrileños zarpó el pasado 29 de junio desde la Ametlla de Mar, en Tarragona, rumbo al Parque Nacional de Cabrera, al que llegaron ayer, y al Parque Natural de Sa Dragonera, donde tienen previsto llegar hoy. Además, navegarán por la costa de Mallorca el día 4.

El viaje está enmarcado dentro del proyecto Bitácora, una iniciativa que cuenta con el apoyo del ministerio de Medio Ambiente y la Comunidad de Madrid, entre otras instituciones, y pretende acercar a los jóvenes a la cultura marina y a la naturaleza de la manera más cercana, según la coordinadora del proyecto, Marta López.

Los diez alumnos están acompañados en todo momento por dos profesores especializados en ecología marina, Lorena Ramírez e Iván Aguado, que han estado presentes en las cinco ediciones del proyecto que se han hecho hasta ahora.

Además, en el viaje van a bordo de un tipo de velero llamado goleta que tiene la particularidad de ser una embarcación ecológica ya que cuenta con placas solares, "que era un aspecto fundamental para nosotros", señala la coordinadora del programa.

Dentro de las actividades que realizan están el buceo, las visitas guiadas a los distintos parques o las clases de ecología, ya que no deja de ser un proyecto educativo. El último día del viaje, el 6 de julio, de regreso a la Ametlla de Mar realizarán el bautismo de buceo, su primera gran inmersión, en la cual se sumergirán hasta una profundidad de unos diez metros, con la ayuda siempre de especialistas en esta modalidad. El profesor Aguado puntualiza que esta será la primera vez que se haga este buceo dentro del proyecto.

Delfines y cachalotes

Como vivencia curiosa, Iván Aguado, explicó que cerca de Eivissa avistaron tres bancos pequeños de delfines "que juguetearon con la embarcación", además de un cachalote, que es la primera vez que "vemos uno en los cinco años del proyecto".

"Es una vivencia inolvidable", explica Fátima, una de las alumnas del proyecto, que añade que el avistamiento del cachalote ha sido "mágico y espectacular".

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