La Asociación de Panaderías y Panaderos de PIMEM ha valorado positivamente la nueva normativa de calidad del pan, que ha entrado en vigor a partir del 1 de julio, y que pretende garantizar que los consumidores adquieran productos correctamente etiquetados y caracterizados. "Es un pequeño espaldarazo para los pequeños artesanos" ha afirmado el presidente de la asociación, Miquel Torrens.

El consumo de este alimento tan característico de nuestra dieta ha ido disminuyendo progresivamente con el paso de los años hasta ocupar prácticamente un espacio residual en nuestra alimentación. Sin ir más lejos, según datos del Gobierno las Baleares son la undécima comunidad autónoma en el consumo de pan.

Precisamente las grandes empresas que destinaban gran parte de su presupuesto al marketing de un pan distinto al elaborado por los pequeños artesanos, son según el representante de los empresarios panaderos de PIMEM, "las que se verán gravemente perjudicadas". Según Torrens esto se ha debido "a los vacíos legales" que existían en la antigua norma de 1984 y de los cuales las grandes empresas se servían "para engañar al consumidor y nombrar al pan 'artesano' cuando no lo era".

"Por fin se volverá a poner en valor la palabra artesanal" ha explicado un Miquel Torrens muy agradecido porque "el gobierno haya tenido en cuenta, por fin, al pequeño comerciante".

Por último, Torrens también ha querido puntualizar la inclusión de la medida que limita la cantidad de sal que se puede emplear para elaborar el pan común, "es una manera de acercarnos a los gustos y exigencias del consumidor", afirma el presidente de la entidad panadera. De esta manera, "conocerán mejor los productos que consumen y los que pueden ir más de acuerdo con la dieta de cada uno".

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