El tiburón cañabota gris, conocido por el nombre científico Hexanchus griseus, es una especie de escualo perteneciente a la familia de los Hexanchidae. Posee seis aberturas branquiales a ambos lados de la cabeza, lo que morfológicamente lo distingue de otros escualos. Dispone también de una gran cabeza, de un cuerpo robusto y de una larga cola. Su color puede ir desde el gris claro hasta los tonos más oscuros.

Esta especie, de la que ayer se encontró un ejemplar muerto en Puerto Portals, en el municipio de Calvià, habita preferiblemente a grandes profundidades pudiendo alcanzar hasta trescientos kilos de peso y los cinco metros de longitud. Se alimenta de crustáceos y pececillos. Permanece inmóvil en el fondo marino durante el día ascendiendo a la superficie durante la noche para alimentarse.

Las hembras de la especie son especialmente prolíficas. Pueden llegar a portar en su interior unos 100 embriones, crías que nacen con un tamaño de 40 centímetros.

Este tipo de escualo está presente en todo el Mediterráno y y zonas muy variadas del Atlántico, Pacífico e Índico. Los tiburones cañabota son animales muy migratorios y solitarios. Durante el día están en el fondo, mientras que por la noche se vuelven muy activos subiendo a aguas más superficiales para alimentarse. Se ha observado que los individuos juveniles pasan más tiempo en aguas poco profundas que los adultos, es decir, que su distribución en la columna de agua está relacionada con su crecimiento y la temperatura.

El titburón cañabota un nadador lento, pero de gran potencia. Los ejemplares grandes no suelen ofrecer demasiada resistencia cuando son capturados; en cambio, los jóvenes son muy combativos. Los adultos son muy sensibles a la luz, aun de baja intensidad, por lo que apenas se les suele ver a la luz del día en aguas someras, si bien pueden acercarse a la superficie por la noche o durante intentos afloramientos de plancton.

Durante el día se les puede encontrar cerca del fondo, a gran profundidad, y al atardecer, como muchas especies de aguas profundas, pueden emprender migraciones verticales hacia aguas más someras en busca de alimento, al menos en determinadas zonas, para regresar a las profundidades al acercarse el día.

Recientemente se ha descubierto que este tiburón posee flotabilidad positiva. Los datos aportados por una serie de acelerómetros colocados en varios ejemplares en aguas de Hawai demostraron que los tiburones debían realizar un esfuerzo mayor durante el descenso que durante el ascenso para lograr la misma velocidad; además, planeaban en sentido ascendente durante periodos de varios minutos sin realizar el menor trabajo muscular. Los tiburones ascendían hasta los 200-300 metros durante la noche y bajaban más allá de los 500 m durante el día.

Se cree que puede tratarse de una adaptación para favorecer la rapidez de movimientos durante las emboscadas, y también para facilitar el movimiento vertical de ascenso cuando la musculatura está muy fría debido a las bajas temperaturas de las aguas profundas.

Estos tiburones no son peligrosos para el hombre, a pesar de su gran tamaño. Aunque la probabilidad de un encuentro fortuito es extremadamente baja, dada la profundidad de su hábitat, en aquellas zonas donde, debido a una particular geomorfología costera, se ha observado que con cierta frecuencia llegan a aguas someras, suelen mostrarse cautos y dóciles en presencia de buceadores, particularmente los ejemplares más grandes; mientras que los jóvenes se muestran algo más irritables.

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