Pocos referentes femeninos; inseguridades injustificadas desde pequeñas; falta de información sobre los estudios; esterotipos negativos sobre quienes los eligen (‘cuatro frikis’); muchas muñecas y pocos juegos de construir...
Esas son algunas de las razones por las que “las ingenieras son mujeres en peligro de extinción”. Ése fue el título de la mesa redonda que presentó ayer la Plataforma 11F: ¿Un título exagerado? No lo será tanto a cuando a la organización le resultó muy difícil encontrar ingenieras de todos los centros de investigación y de varias áreas.
Pero las encontraron. Existen.
Ellas explicaron que llegaron a la ingeniería por tener algún referente en casa (masculino); el apoyo de sus familias para que estudiaran y siguieran el camino que quisieran; un espíritu curioso por el funcionamiento de las cosas y tendencia a desmontarlas y montarlas (empezando por las muñecas que les regalaban de pequeñas); ganas de “resolver problemas” y afán de aprender cosas nuevas continuamente.
Pilar Córdoba, ingeniera industrial en el Instituto Español de Oceanografía, contó una anécdota reveladora de cuando estudiaba. Hizo un curso en Italia y en el gigantesco edificio en el que se estudiaban todas las ingenierías había un único baño de mujeres, al que tenía que llegar bajando nueve pisos y atravesando un patio.
No hace tanto de eso. Y hoy los datos siguen siendo preocupantes, como probó con varios datos Loren Carrasco, ingeniera de telecomunicaciones y directora de la Escola Politècnica Superior de la UIB: menos de un 10% del alumnado de ingeniería son mujeres; en Informática la presencia femenina se ha reducido a la mitad respecto a una década atrás; en la especialidad de telemática de Teleco hay 37chicos y una sola chica.
Esa realidad de las aulas se traslada luego a las empresas, confirmó Marisa Ocón, ingeniera industrial y jefa de proyectos en Hotelbeds: “En un equipo de trabajo de 300 personas, solo veinte son mujeres, y no es por que no las busquemos o no demos facilidades, es que no hay, es muy frustrante”.
Educación y referentes
Aina Fonolleres, ingeniera informática y profesora de FP, confirmó que la ingeniería tiene imagen de difícil para los estudiantes y abogó por “ir planteándole retos desde pequeños, que trasteen con tecnología y robótica”. Algo que defendieron todas también fue la necesidad de dar a las niñas referentes de mujeres ingenierías, ya que como razonó Verónica Morales, ingeniera de caminos que trabaja en el IMEDEA: “Si no hay maestras, no hay alumnas”.
Antònia Tugores, matemática en el IFISC, expuso otra posible razón que aleja a las chicas de estas carreras con famas de difíciles: “Según un estudio, a los seis años las niñas ya se perciben como menos brillantes que los niños y eso pese a sacar mejores notas”.
Inmaculada Ruiz, ingeniera de caminos en el SOCIB, destacó la importancia de dirigirse e informar a los niños, pero también a los padres, para que eviten los sesgos.
Los riesgos de la falta de mujeres
¿Por qué es grave que no haya mujeres en estas carreras? Porque se pierde la mitad del talento. Porque el mundo es cada vez más tecnológico y las mujeres no están tomando parte de esa toma de decisiones que dibuja el futuro, alertó Carrasco.
Rosa Pons, ingeniería agrónoma en la finca bodega Ca n’Aixartell, con sincero entusiasmo animó a las chicas a estudiar ingeniería, un camino que las puede empoderar: “Te permite ser independiente económicamente, viajar, reiventarte. Te da una base que tienes para salir a vivir y como mujer te abre muchas puertas... piensátelo, porque serás muy feliz”.
