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Antoni Quetglas: "La pesca profesional corre más peligro que cualquier pez"

"Sufrimos un colapso burocrático que retrasa el inicio de los proyectos de investigación" - "La pesca de arrastre podría desaparecer en 20 años"

Quetglas advierte sobre la desaparición de la pesca de arrastre en los próximos veinte años. m. mielniezuk

El nuevo director del Centre Oceanogràfic de Balears (COB) capitanea un barco en el que se desarrollan todo tipo de estudios relacionadas con el medio marino. Investigadores del centro, que depende del Instituto Español de Oceanografía (IEO), desarrollan trabajos sobre el mar y sus recursos, impacto del cambio climático, contaminación por plásticos y pesca, especialidad de Antoni Quetglas. "Según nuestras previsiones, la pesca de arrastre desaparecería en 2038", subraya. Y eso significaría, advierte, la práctica desaparición de la Lonja de pescado.

P Sustituyó a Salud Deudero de manera provisional. ¿Sigue siendo un director transitorio?

R No. Soy director oficial desde el 1 de octubre. No quería serlo, solo ocupaba el cargo de manera provisional, pero vi que no era tan fácil encontrar a alguien y acepté por responsabilidad.

P Deudero dimitió agobiada por el colapso burocrático que impedía un buen funcionamiento del COB. ¿Ha cambiado algo desde entonces?

R Qué va. Sobre todo existe un problema de burocratización del Estado. Somos nueve centros de investigación dependientes del IEO que han crecido de manera desproporcionada porque ha aumentado el número de investigadores y proyectos, pero apenas ha crecido el personal dedicado a la gestión. Allí se forma un embudo. Cualquier gasto tiene que pasar por un interventor que los mira con lupa antes de aprobarlos. Eso retrasa mucho el inicio de los proyectos.

P ¿Se llegan a paralizar proyectos de investigación por culpa de la burocracia?

R No, pero sí sufren un importante retraso. Tienes unos tiempos muy bien definidos y siempre llegas tarde, o hay determinadas cosas del estudio que no puedes hacer por falta de tiempo. Estamos pagando los excesos del pasado. Hoy, antes de hacer la compra, ya tienes que demostrar que no serás culpable de hacer un mal uso del dinero. Y me parece muy bien, pero hay que encontrar la manera de que no nos impida funcionar con

normalidad.

P ¿Siguen sin poder utilizar el buque oceanográfico 'Francisco de Paula Navarro'?

R Sí. A principios de este año salió la licitación para que se presenten las empresas interesadas en repararlo. Después se tiene que adjudicar y ejecutar el trabajo. Va para largo. Según nos informaron, tiene que venir un motor nuevo de Japón y necesitará seis meses. A lo mejor nos vamos a un año, y lleva atracado desde 2017.

P Es un buen ejemplo de ese colapso burocrático que sufren.

R Sí. Y además nos complica porque ahora saldrán dos proyectos de investigación europeos muy importantes en los que participará el IEO y requerirán mucho tiempo de barco. Los dos proyectos implicarán la contratación de 150 personas en el IEO a nivel nacional. La gestión para la contratación de todas esas personas no resultará fácil en el escenario actual de colapso.

P ¿Cuál es su especialidad?

R Hice la tesis sobre pesquería, biología y ecología de cefalópodos, pero trabajo en recursos pesqueros demersales [especies que habitan en el fondo marino o cerca de él].

P ¿Ha sido difícil convencer a los pescadores mallorquines de que practiquen una pesca sostenible?

R No. En los últimos 20 años ha habido un cambio muy grande y ellos mismos son muy conscientes de que había que pescar de otra manera. Siempre hay algún despistado, pero es la excepción.

P ¿Por qué es importante tener un Centro Oceanográfico en Balears?

R Lo es a nivel de Balears y de España porque estamos rodeados de mar por todas partes. Fuimos el primer centro que se creó en España, somos centenarios. Vivimos en una Comunidad en la que hay diferentes instituciones dedicadas a la investigación marina, cada una en ámbitos diferentes. Además de nosotros está el IMEDEA, la Universitat y el SOCIB.

P ¿Sobre qué están investigando ahora?

R Tenemos varios grupos de investigación y cada uno desarrolla diferentes proyectos. Por poner un ejemplo, trabajamos sobre un tema que ahora está en boca de todo el mundo, el impacto de los plásticos en el ecosistema marino. Este mismo grupo está investigando qué le pasó a la nacra, un molusco afectado por un parásito que le ha llevado al borde de la extinción. Por otro lado, evaluamos el estado de explotación de los recursos pesqueros, particularmente merluza, gamba y salmonete. Y tenemos además grupos que estudian el impacto del cambio climático sobre el medio marino.

P ¿A quién comunican el resultado de sus estudios?

R Nuestra principal función es asesorar al Estado en temas relacionados con el mar y sus recursos. Y con periodicidad anual presentamos evaluaciones de las poblaciones pesqueras a la Comisión Europea en base a unos indicadores que se utilizan en todo el mundo. Estas evaluaciones se exponen y discuten en una reunión con especialistas de toda Europa. Obviamente también publicamos nuestros estudios en revistas científicas especializadas.

P ¿Alguno de esos indicadores es preocupante?

R La mayoría de las especies del Mediterráneo estudiadas sufren sobreexplotación pesquera. Entre otras cosas, cuantificamos la cantidad de capturas de cada especie y el esfuerzo realizado, que se mide en función del número de barcos utilizados. Una de las prioridades de la Comisión Europea es controlar esa sobreexplotación. Para ellos, la situación del Mediterráneo es una mancha negra en su gestión pesquera. En el Atlántico sí se han hecho esfuerzos para revertir esa situación con medidas más o menos drásticas de reducción de flota que han sido eficaces.

P ¿Hay alguna intención de exportar esas medidas al Mediterráneo?

R De momento no se han dado los pasos que se tendrían que haber dado. Una regulación europea obliga a los Estados miembros a explotar todas sus poblaciones marinas de manera sostenible antes de 2020. Eso es inviable en tan poco tiempo, pero en teoría esa normativa debería cumplirse. En Balears eso no debería implicar reducción de barcos, pero sí de horas de pesca. Eliminar barcos no sería la solución porque aquí la pesca profesional está más en peligro de extinción que cualquier especie de pez.

P ¿Tanta precariedad sufren?

R El número de embarcaciones ha disminuido mucho. Según nuestras previsiones, la pesca de arrastre podría desaparecer en los próximos veinte años. Es una proyección que hemos hecho en base a la caída del número de barcos desde 1990 hasta la actualidad. Eso afectaría a la pesca de la gamba, el pulpo, el salmonete y la merluza. Se habla mucho de la protección de las especies, pero también podríamos hablar de la protección del pescador.

P ¿Y de qué otra manera podrían pescarse esas especies?

R El pescador sabe mejor que nadie cómo hacerlo sin perjudicar la sostenibilidad de su actividad. La pesca artesanal con llaüt, por ejemplo, tiene menos impacto en el fondo. Pero hay que tener en cuenta que si desaparece la pesca de arrastre, desaparece el mercado. No se llegarían a coger capturas suficientes para abastecer el mercado y mantener la comercialización.

P ¿En verano nos bañamos en un agua limpia?

R Nosotros no hacemos estudios de este tipo, no le sabría contestar.

P ¿Pero se bañaría en la playa de Ca'n Pere Antoni?

R [Risas]. Ahora no le contesto como director del Centro Oceanográfico. Soy bastante animal y nadaría donde fuera. Soy de pueblo y cuando era niño nadaba en el safareig con peces y el agua verde.

P ¿Algún día nos libraremos del plástico en el mar?

R Con el tiempo llegarán a desaparecer, hay un movimiento global contra el plástico y al final se controlará. Cualquier medida que tomes en el Mediterráneo es ineficaz si no la aplicas también en la cuenca Sur porque todas las corrientes que entran por el Atlántico y vienen hacia aquí nos traen plásticos. Allí no existe un control tan estricto, así que no será un problema de fácil solución.

P Hoy en día el plástico se cuela en todos los asuntos relacionados con el mar.

R De vez en cuando surgen temas estrella. El plástico es uno y el cambio climático, otro. El problema es que quizás se invierten muchos fondos en problemas estrella y se dejan de invertir en otros que también merecen ser investigados.

P Según la hoja de ruta que se ha marcado, ¿Cómo le gustaría que fuera el COB dentro de unos años?

R Lo primero es solucionar el colapso burocrático que sufrimos. Eliminar el tapón que hay en Madrid y poder trabajar con normalidad: presentar un proyecto, ganarlo y desarrollarlo. Y no perder tanto tiempo en tareas puramente administrativas.

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