A partir del próximo curso, para estudiar Magisterio será necesario que los aspirantes superen unas pruebas específicas de competencia lingüística en castellano y catalán y de lógica matemática. Si pasan estas pruebas, deberán finalmente realizar una entrevista personal.

Este curso las pruebas aún no serán vinculantes, comenzarán a serlo a partir del año que viene (esto es, para los alumnos que empiecen magisterio el periodo 2020-2021). ¿Cómo serán?

Los grupos de trabajo encargados de esta labor aún están ultimando los modelos, que seguramente estarán listos en enero.

En lo que se refiere a las competencias lingüísticas, las pruebas buscarán que los aspirantes demuestren la compresión del significado de documentos escritos sobre temas de interés general; que saben sintetizar e integrar información; y pueden expresar una reflexión por escrito con claridad y precisión y dominar el sistema lingüístico que les permita expresar con calidad en las dos lenguas oficiales de Baleares.

En cuanto al nivel de matemáticas, los estudiantes deberán mostrar que son capaces de formularlas, utilizarlas e interpretarlas en diferentes contextos, así como para resolver operaciones elementales de cálculo; conocimientos geométricos básicos; estimaciones que requieran un tratamiento de la información, la probabilidad y el azar.

A la espera de los equipos acaben sus propuestas (que serán validadas por expertos de otras universidades entre enero y febrero), los interesados pueden ver ejemplares de las pruebas que ya se están haciendo en Cataluña (comunidad pionera con estas pruebas) a través de la web de Educació de la Generalitat.

Así por ejemplo allí evalúan la competencia lingüística con varias preguntas sobre un artículo de Umberto Eco. En las pruebas de matemáticas, se plantean retos de lógica y desafíos mentales.

Los aspirantes deben superar las tres pruebas y solo en ese caso pasan a la última fase: la entrevista personal.

Dos entrevistadores (alguien de la Universitat y algún maestro de escuela) evaluarán las habilidades interpersonales, el ajuste psicológico, la motivación intrínseca del candidato y la orientación hacia el desarrollo personal.

"La idea es priorizar que entren los alumnos con mejores características para ser maestro", indica Miquel Oliver, quien añade:"se busca un cierto efecto disuasorio: queremos que los estudiantes en Bachillerato conozcan las pruebas y sean conscientes de qué supone ser maestro". En definitiva, que Magisterio no sea el refugio de los que no saben qué hacer con su vida o los que no han tenido nota para entrar en los estudios que les interesaban realmente.

En este sentido, Oliver recuerda que entre el primer y el segundo curso en los grados de Educación Primaria e Infantil un 20% de los estudiantes abandonan. Teniendo que pasar unas pruebas específicas, se espera que se decantarán por los estudios de Magisterio las personas que realmente quieren ser maestros.

En Cataluña, donde ya llevan más rodaje con este sistema, las pruebas se hacen en febrero, pero aquí la idea es que al menos los primeros años se haga durante los días de Selectividad.

Eso sí, este año, como es la prueba piloto se hará a finales de febrero o principios de marzo. Se elegirán a cuatro institutos y dos centros concertados y se pasarán las pruebas a algo más de un centenar de estudiantes de 2º de Bachillerato que quieran estudiar Magisterio. Una vez hecha la prueba, cada grupo la revisará y la ajustará a lo que haya pasado y a finales de mayo harán públicos los modelos de prueba definitivos, que podrán consultarse on line.