Un médico de urgencias de una clínica de Palma ha sido declarado inocente en una demanda judicial planteada por una pareja de pacientes, que le acusó de haber realizado un erróneo diagnóstico de sarna. Los demandantes aseguran que, siguiendo el consejo del facultativo, tuvieron que deshacerse de prácticamente todos los muebles del dormitorio de su domicilio, porque se trata de una enfermedad infecciosa.

Los pacientes afirman que el sarpullido que tenían en la piel no era debido a esta infección, sino por otro tipo de enfermedad no contagiosa, pero que cuando se determinó este segundo diagnóstico ya habían comprado un colchón nuevo y habían cambiado la ropa, haciendo frente a un desembolso de casi tres mil euros. Además de los gastos por la compra de los muebles nuevos, también reclamaban al médico de urgencias una indemnización de 2.500 euros por los daños morales. En total, pedían que el facultativo de urgencias, o la clínica privada a la que asistieron, les indemnizara con 5.859 euros. Sin embargo, el juez rechaza la demanda, señala que no han demostrado que se tratara de un falso diagnóstico y les obliga a pagar las costas del proceso.

El médico aconsejó a los pacientes que lo mejor era que se deshicieran de ropa, toallas y otros elementos de la cama. La pareja cumplió a rajatabla el consejo del médico y ese mismo día acudieron a una tienda y compraron un nuevo colchón y almohadas. Al día siguiente la mujer acudió de nuevo al médico, pero lo hizo en un centro de salud. Se le diagnostico solo una erupción cutánea.

En una tercera visita al especialista se emitió un informe señalando que la paciente podía haber sufrido una picadura o una dermatitis alérgica, pero no se apreció ningún síntoma que tuviera la enfermedad cutánea que había diagnosticado el primer médico de urgencias. Ante esta situación, los pacientes decidieron demandar al médico, acusándole directamente de haberles provocado una compra innecesaria, que consistió en el cambio del colchón. Los jueces entienden que no se ha demostrado, salvo que así lo dicen los demandantes, que el médico les aconsejara que se deshicieran de la cama y de la ropa del cuarto. Por ello, en una reciente sentencia de la Audiencia, se absuelve al médico de dicha demanda.