El precedente más cercano en el tiempo a la tragedia que asoló ayer el Llevant de Mallorca, y en especial a Sant Llorenç, tuvo lugar en 2007. Ese año se registró una víctima mortal como consecuencia de una riada en el término municipal de Puigpunyent.

La víctima fue una turista danesa de 32 años. Viajaba con su familia en su vehículo cuando éste quedó atrapado en la torrente que se había creado en la carretera como consecuencia de las intensas lluvias, que llegaron a los 100 litros por metro cuadrado en una hora. La turista murió ahogada. Sus dos acompañantes -su pareja y su hijo pequeño- fueron rescatados por agentes municipales.

Más lejano en el tiempo quedan las inundaciones que afectaron en 1989 a toda la comarca de Llevant, las más graves que se recordaban hasta la fecha. En tres horas cayó más agua que la media de todo un año. Sant Llorenç, Manacor, Felanitx y Campos fueron sepultados por un aguacero que causó cuantiosos daños materiales.

Sin embargo, el saldo más trágico tuvo lugar en Felanitx. Tres trabajadores del Aparthotel El Corso, perdían la vida ahogados en la planta baja del edificio. Una cifra que hubiera podido ser mucho mayor de producirse la tormenta tan solo unas horas antes.

Los registros oficiales hablaron en aquel entonces de 203 litros por metro cuadrado caídos en la zona de Sant Salvador, 250 en es Picot, más o menos los mismos que en Manacor y Porto Cristo, donde los pluviómetros rebosaron, 160 litros por metro cuadrado en le ciudad de Felanitx, 148 en Cala Rajada o 143 en sa Ràpita. Tal fue el contraste y la virulencia puntual, que traspasado el municipio de Vilafranca (72 litros/m2), la lluvia no dejó problemas de excesiva relevancia. Así, ni el pantano de Cúber ni el Gorg Blau registraron apenas crecimiento y Emaya informó, un día después, de que solo se habían registrado 23 litros/m2.