"Yo no hice huelga, ese día (viernes 3 de diciembre al sábado 4 de diciembre) estuve trabajando como lo he venido haciendo a lo largo de 18 años y no quiero conformarme con un delito que no he cometido", afirmó ayer en el patio de la Audiencia uno de los controladores acusados que esperaron durante casi tres horas que empezara el juicio.

Este controlador añadió que él no pertenece a ningún sindicato y que no estaba dispuesto a declararse culpable siguiendo las consignas de las asociaciones profesionales.

"Yo controlé aviones ese día, porque había vuelos que tenían que aterrizar y no hice huelga", añadió el acusado.

Siete de los 80 acusados han sostenido en todo momento su inocencia por distintos motivos y no han querido sumarse al pacto casi generalizado del resto de compañeros, auspiciado por el sindicato USCA.

"Yo puedo demostrar que trabajé, pero la fiscal sostiene que los que esos días trabajamos nos quedamos para hacer un paripé y servir de tapadera a nuestros compañeros que se habían declarado enfermos", añadió el controlador reacio al pacto.

El acusado, defendido por Jaume Campaner, finalmente vio premiada su persistencia, cuando, al final de la mañana, la fiscal aceptó retirar la acusación contra él y otros seis compañeros, si los otros 73 acaban conformándose con un delito de abandono colectivo de servicio.

No obstante, la retirada de la acusación no se materializará hasta el jueves, cuando los otros 73 encausados hayan prestado ante la Audiencia su conformidad. El presidente del tribunal, Jaume Tártalo, pidió a los defensores que, en la medida de lo posible, insten a los acusados que se tienen que conformar acudan cuanto antes a la Audiencia.