Un vigilante del centro de menores de es Pinaret denunció, antes de la muerte del menor, las graves deficiencias que sufría la instalación. El extrabajador del centro explicó que hacía años que no funcionaba el sistema de alarma y los colchones de las celdas no eran ignífugos. El vigilante denunció que recibió amenazas de despido si no acataba las órdenes de dirección, a la que no le gustaba que se denunciaran estas irregularidades. El testigo señaló que en las mismas fechas en la que el menor murió al quemarse su celda, hubo otros incendios, en los que no sonó la alarma, aunque hubo la fortuna de que se logró salvar a los menores.

Por otra parte, la exdirectora a la que se juzga por la muerte del menor solicitó por escrito a las dos últimas conselleras que se invirtiera en la mejora del centro, según confirmó un testigo. Por otra parte, el portavoz parlamentario de Més, Josep Ferrà, defendió ayer la gestión de Fina Santiago en este asunto y se mostró convencido de que "cuando se le hizo llegar" las quejas, hubo "una respuesta", si bien precisó que desconocía los detalles de este asunto. El portavoz parlamentario adjunto del PP, Juan Manuel Lafuente, no quiso opinar al considerar que no le "corresponde" hacer declaraciones sobre una cuestión que está en los tribunales. Tampoco el portavoz socialista Alcover quiso pronunciarse.